lunes, 29 de abril de 2013

La finca de La Esgarabita y el Marqués de Morante


Ya que, con motivo del "botellón" a la antigua usanza que celebraron Goya y sus amigos, he traído aquí a colación a La Esgarabita, voy a seguir dando algunos datos más sobre esta importante finca agrícola. Así era descrita a mediados del siglo XIX: " hacienda titulada de la Esgarabita, sita á poco mas de un kilómetro de la ciudad de Alcalá do Henares, provincia de Madrid, que consta de huerta regada por el Henares, con derecho á la pesca; de árboles frutales, de alameda, casa habitación y de labor, de oratorio, un gran palomar muy poblado y de una fábrica de harinas. Toda la finca se halla cercada" (1).
La Esgarabita

Estuvo en poder de la familia Berda desde 1773 en que la adquirió Pedro Berda hasta el 20 de julio de 1822, fecha en la que los hijos de éste, Pedro y Casimiro, la vendieron a Don Vicente Gómez de la Cortina y Salceda, Conde de la Cortina, según escritura otorgada ante el escribano Esteban Azaña. Era Conde pero Conde consorte, ya que la detentadora del título era su mujer, Maria Ana Gómez de la Cortina y Gómez.

Nacido en Salarzón (Cantabria) en 1765, muy joven marchó a Méjico, reclamado por su tío Servando Gómez de la Cortina, primer Conde de la Cortina y poseedor de las Haciendas de San Francisco de Tlahuelilpan (2) y Santa Bárbara. Fue su hombre de confianza y en 1795 casó con su única hija Maria Ana, prima hermana de él y catorce años más joven.
El Conde de la Cortina con sus hijos Mariano y Joaquín

Durante el proceso por la independencia, siempre estuvo del lado de los que querían seguir manteniendo cierta vinculación con la Monarquía española. Muy arraigado en Méjico, no por ello dejaba de sentirse español. En aquellos años fueron famosos los "Dragones de Tlahuelilpan" que, bajo el mando del administrador de su hacienda, Vicente Fernández, defendieron eficazmente los intereses españoles (3).

Consumada la independencia se vio obligado a abandonar Méjico (4). A finales de 1821 llegó a España donde residían sus tres hijos varones, José Justo, Mariano y Joaquín, a los que, años atrás, había enviado allí a estudiar. En Méjico permanecieron su mujer y las dos hijas, Maria Jesús y Loreto.

Apenas unos meses después de su llegada adquiere La Esgarabita, finca cuya extensión amplió con la compra de dos tierras colindantes. en febrero y en abril de 1840. Su afán inversor en esta zona le llevó a la adquisición de la finca denominada "Miralcampo" dentro del término de Azuqueca de Henares; en ella, en los terrrenos próximos a la carretera Real de Aragón, construyó un establecimiento que se ha conocido muchos años como Parador del Conde de la Cortina, parada habitual de las diligencias de viajeros.

A su muerte, ocurrida el 3 de abril de 1842, esta finca de La Esgarabita junto con la de Miralcampo se adjudican a su hijo Joaquín ( quien años más tarde sería el Marqués de Morante), como parte de su cuota hereditaria. Así se la describe:

La Esgaravita, posesión sita a dos kilómetros de Alcalá en la margen derecha del río Henares. Linda, al norte con la cañada, al este con la presa del río y la posesión “La Oruga” , al sur con esta posesión y la orilla izquierda del río, y al oeste con la propiedad denominada “El Val”. Se compone de presa, cerca, jardinillo, casa administración y dependencias, molino, cocheras y demás. Su recinto, incluso el río Henares, es de 35 hectáreas, 86 áreas y 26 metros cuadrados. La parte urbana tiene 5.067 metros cuadrados."

Muy pronto el Marqués de Morante se desprende de la posesión de Miralcampo. La vende el catorce de octubre de 1847. Por el contrario La Esgarabita permanecerá en su poder hasta su fallecimiento en 1868.

Allí había convivido con su padre a quien profesaba un amor casi enfermizo, allí disfrutó las fiestas que éste organizaba, en su honor, cada vez que superaba algún Grado universitario u obtenía algún premio por su aprovechamiento en la Universidad de Alcalá (5). Allí, alejado de su madre desde muy pequeño, tuvo el cariño de una mujer, Prudencia Gimenez, la cocinera de La Esgarabita, la única fémina a la que el Marques, profundamente misógino, recordaría en su testamento con afecto, dejándole un sustancioso legado.


Los Condes de la Cortina y sus cinco hijos

Para seguir de cerca la marcha de esta hacienda, compró en octubre de 1844 el antiguo Hospital de estudiantes sito en La Plazuela de Santiago, convirtiéndolo en su casa palacio. En los últimos años de su vida tuvo que salir en defensa de sus derechos sobre las aguas del Henares. Ante el peligro que, para la subsistencia de la finca, podría derivarse de la construcción del Canal del Henares, planteó un interdicto de obra nueva, destinado a parar las obras del mismo en el sitio llamado El Marañal, término de Humanes. El Juez de primera instancia de Tamajón, precisamente el alcalaíno Quintin Azaña (6), desechó de plano tal interdicto, el 25/6/1864. Con objeto de rebatir los argumentos del Juez, redactó el Marqués un documento, extenso y bien fundamentado, que para conocimiento general publicó el mismo año de 1864 .

La única intervención conocida en las discusiones del Senado fue precisamente por este mismo tema. En la sesión de 6/6/1865, el senador Bermudez de Castro exponía:

"Respecto del río Henares hay una circunstancia y es que se ha suscitado una grande oposición. La concesión está hecha solamente por los sobrantes que haya de las aguas, y esos sobrantes, según opinión de personas que tienen fincas y tierras de riego, propietarias ribereñas del río, son nulos en los meses del estío, y sé que se disputan por una serie de personas, entre ellas el Marqués de Morante, que tiene pendientes grandes cuestiones acerca de la propiedad de las aguas, que viene poseyendo por título de dominio de trescientos años de fecha".

El Marqués intervino luego brevemente para defender una enmienda consistente en que se añadiera el siguiente párrafo: "pero dejando a salvo el derecho de propiedad, el derecho de posesión, y sin perjuicio de tercero". Bueno, tan brevemente que no pudo explayarse mucho, pues se sintió indispuesto : "El mal estado de mi salud no me permite continuar, y por consiguiente he concluido"

El Marqués fallece el 19 de junio de 1868 (7) y unos días antes, el 16 de abril, expresaba en su testamento su preocupación por el futuro de esta finca: "la Esgarabita es hacienda de muy difícil manejo, y más ahora con el Canal del Henares".

Sus disposiciones testamentarias sobre esta finca quedan para otro día.


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(1).-En el periódico La correspondencia de España, del 23 de febrero de 1869

(2).- Tlauelilpan significa, en nauatl "lugar donde se riegan las tierras" y se encuentra en el valle del Mexquital del estado de Hidalgo. La hacienda de San Francisco fue propiedad de la familia Moctezuma, descendientes del último emperador azteca. Durante el periodo colonial cambió de dueños, y a finales del siglo XVIII y principios del XIX lo poseía el Conde de la Cortina, quien le puso el nombre de San Servando. Con más de 300 peones y casi 400 hectáreas de terreno dedicaba sus actividades a la agricultura, ganadería, herrería, talabartería, carrocería y carpintería.
Hoy sus terrenos los ocupa la Escuela Superior de Tlauelilpan de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, de cuya página en la red procede la anterior información.

(3).-Véase página 409, en capitulo VI de la Parte Primera, Tomo II, de "Historia de Méjico", de Lucas Alamán, Méjico,1850.
El documento nº 17 del Apéndice a éste Tomo detalla los"Servicios hechos al gobierno español por la casa del conde de la Cortina", y en el que también se especifican las diversas acciones llevadas a cabo por sus sirvientes armados a que se hacía referencia en la citada página 409.
Cuando en 1848 la Reina Isabel II concede a su hijo Joaquín el título de Marqués de Morante, expresamente se justifica tal concesión "teniendo en cuenta los servicios prestados por vuestro difunto padre don Vicente Gómez de la Cortina, Conde de la Cortina".

(4).- Vid. página 369 del capítulo I del libro Segundo de la Parte Segunda, Tomo V- Méjico. 1852. Lucas Alamán narra la evasión del Conde en octubre de 1821. Acompañado solo de un ayudante y algunos criados salió de su hacienda hacia Tuxpan para desde allí embarcar para Veracruz. Descubierto por el alcalde de este lugar, se libró de su detención escapando oculto en una caja que su ayudante, por medio de una canoa, llevó hasta un pequeño buque fletado para llevarle a Veracruz.

(5).- El conocido músico y notable bibliófilo Francisco Asenjo Barbieri da cuenta de ello en su "Notice biographique sur D.J. Gómez de la Cortina, Marquis de Morante, ancien Recteur de l' Université de Madrid ,Senateur du Royaume d'Espagne". París, Librairie de Firmin Didot Freres, Fils et C..- 1872:
"Durante los estudios de Don Joaquín en la Universtas Complutensis de Alcalá de Henares, su padre, que vivía casi siempre en una de sus casas de campo, llamada La Esgarabita, en los alrededores de Alcalá, estaba pendiente del progreso de su hijo y atendía a sus necesidades con gran generosidad; en Alcalá aún queda el recuerdo del extraordinario boato y la ostentación con que se celebraban los grados académicos de Don Joaquín".

(6).-Quintin Azaña fue tío abuelo de Manuel Azaña y suegro de José Gerónimo Moreno, que fue el siguiente dueño de La Esgarabita y quien, junto a su segunda mujer, Concepción Azaña Garrido, compró y habitó la Casa Palacio del Marqués en la hoy Plaza de Atilano Casado .

(7).- En relación con su muerte hay dos entradas, de noviembre del 2010 , en este sitio:
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martes, 16 de abril de 2013

La dueña de La Esgarabita, de parranda con Goya y otros amigos..



Entre las cartas dirigidas por Goya a su amigo y comerciante Martin Zapater, cuya colección manuscrita se conserva en el Museo del Prado (1), está la que relata la fiesta que, en homenaje a aquel, se dieron en Madrid unos cuantos amigos, en la Navidad de 1797. Y miren por donde en la misma partícipó la tal dueña.

En aquellas fechas Nicolasa Lázaro de San Pedro ya era titular única de la finca "La Esgarabita". El 20 de febrero de 1796 le había sido adjudicada la plena posesión de la misma, tras el fallecimiento de su marido Pedro Antonio de Berda y Tornyeli, con quien había contraido matrimonio el 27 de setiembre de 1771 en la Parroquia de San José de Madrid. Aunque ella era de Meco y su marido de Cabanillas del Campo, desde tiempo atras vivían en la capital. Su padre, Pedro de Lázaro García, escultor y artesano del bronce, llevaba años manteniendo una buena relación de trabajo con el que luego fue su marido, Pedro Berda, tambien broncista de prestigio. Ambos dejaron muestras notables de su colaboración y buen hacer en el retablo de la Iglesia de la Visitación de Madrid, en la escalera y fachada del Palacio Real, y en la Catedral de Cuenca donde ejecutaron los bronces, rejas y demás adornos de la Capilla Real y del Transparente.

A la hora de invertir sus ganancias, Pedro Berda escogió la hacienda y molino de La Esgarabita, cercana a Alcalá de Henares, y próxima a Meco, pueblo origen de su mujer. Por 600.000 reales, el 12 de febrero de 1773, formalizó con la Junta de Temporalidades, ante el escribano de Alcalá Don Ramón Vicente Morodio, la compra de dicha finca, que había estado en poder de los Jesuitas desde el siglo XVI y hasta su expulsión.

Pero eso fue antes. Ahora encontramos a su viuda, ya propietaria de La Esgarabita, en amigable jolgorio con el grupo de amigos zaragozanos (2) encabezado por Francisco de Goya, una tarde de diciembre de 1797. Ella y Josefa Bayeu, la esposa de Goya, son las únicas mujeres.

En el origen de esta carta estuvo el hecho de que Martin Zapater había sido agraciado en fechas anteriores, en el sorteo de premios a los poseedores de acciones del Real Empréstito, con 7.500 reales, por lo que envió a sus amigos zaragozanos residentes en Madrid "esquisitos manjares, delicados vinos, y suavisimos licores", con el remate de la reserva "del Balcon sobre la Villa (3) para que nos divertamos, y descansemos de las fatigas de la celevridad".

Para dar buena cuenta de las viandas y licores se reunieron en la casa de Goya y disfrutaron de lo lindo. Con esta descripción tan viva y expresiva se lo cuentan a Zapater : "asi nos hemos exaltado a tal punto, que la alegria casi a pasado a ser inmoderada,! que brindis! que repeticion de Botellas,! que Cafée que plus Cafee:! que botellas! que copas por el aire!: no hay mas que decir, sino que el christal de la Casa se ha renobado; y a todas estas solo se oian las alegres voces de, viva Zapater, que excelente hombre, que buen Amigo:viva, y mas viba."

En este ambente y como agradecimiento, entre todos redactan la carta que Goya manuscribe. La incia con su habitual señal de la cruz, aunque con una grafia y expresiones grandilocuentes, de apariencia muy formalista, pero adecuadas al espiritu burlesco, al tono irónico y transgresor que impera en toda ella..

Al final figuran las felicitaciones y firmas de todos los asistentes. Goya lo hace como "Fran.co de tus Glorias o de Goya". Los hombres firmaron en la hoja principal. Las dos mujeres lo tienen que hacer en el reverso en la última página. Primero está la firma con rubrica de nuestra viuda Nicolasa Lázaro "con su tortada (4) como una rueda de coche", que es dibujada en forma oval bajo la firma; todo queda luego integrado con el dibujo de una figura femenina de perfil, obra del mismo Goya, que, junto a la posterior firma de la mujer del artista, pudiera haber sido un broche final a la carta,

Sin embargo ésta se cierra con un inquietante dibujo, de humor grueso, abierto a multiples interpretaciones, pero que posiblemente solo quería, en el ambiente jocoso de la reunión, expresar la disponibilidad de todos los asistentes hacia su gran amigo Zapater: Una figura masculina de espaldas, a cuatro patas sobre el suelo, mostrando un gran trasero desnudo.

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(1).- Puede disfrutarse de esta correspondencia en la página del Museo del Prado, en http://www.museodelprado.es/goya-en-el-prado/obras/lista/?tx_gbgonline_pi1%5Bgocollectionids%5D=32

(2).- Nicolasa no era de Zaragoza, pero como si lo fuese, ya que tanto su padre como su marido tuvieron gran relación con esa ciudad., hasta el punto de que la mayor parte de los autores los consideraban zaragozanos. Jesus Bermejo en la página 179 de su libro "La Catedral de Cuenca" tuvo que salir al paso diciendo de Pedro Lázaro y Pedro Berda "que no son zaragozanos ni en Zaragoza hacen sus trabajos, como se dice comunmente por los autores, sino vecinos de Madrid en donde habitualmente trabajaban"

(3).- Normalmente se interpreta que "alquiló para ellos un balcón en la Plaza Mayor, para que asistieran a los toros". Pero hay algún autor que considera que debe entenderse como una invitación al palco de un teatro, palco que estaría ubicado sobre el palco municipal, sobre el de la Villa.

(4).-Al parecer, típico pastel de carne y huevos.
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