martes, 10 de abril de 2012

"Don Quijote Libertado", obra teatral de un bolchevique

De nuevo mi amigo Pepe Quijada, el de Capitel, ha soliviantado mi habitual tranquilidad. El otro día puso en mi mano un librito, segundo número de la colección "Teatro del Pueblo. Biblioteca Popular del Hogar Proletario" que Ediciones Boreal publicó en Barcelona en julio de 1936. Se trata del drama en dos partes y diez cuadros "Don Quijote Libertado" del que es autor A. V. Lunacharski.

Don Quijote,  de Kozintsev
Anatoli Vasilievich Lunacharski fue el primer embajador de la Unión Soviética ante la República Española, aunque no llegó a presentar sus credenciales, pues, de camino a España, falleció en diciembre de 1.933 en un hotel de Menton , en la Costa Azul, ciudad en la que , cinco años antes, había muerto Blasco Ibañez . Lunacharski tenía entonces sólo cincuenta y ocho años, pero era "una vieja gloria" de la revolución bolchevique.

Había nacido en Poltava (Ucrania) en 1.875 A los diecisiete años de edad ya se había afiliado al Partido Socialdemócrata Ruso. Durante los años de estancia en la Universidad de Zurich, estudió los textos de los idealistas alemanes, Fichte y Schelling, en la búsqueda de una base filosófica para las teorías marxistas. Como fruto de estos estudios publicó en 1908 su libro "Religión y Socialismo" (1).: "El socialista es más religioso que el hombre religioso a la antigua, pues los objetos de adoración del socialismo son reales, la humanidad y el cosmos", dice en él el autor (2) El marxismo viene a ser una nueva religión, sin Dios y colectivista, conocida como "bogostroyelstvo" o construcción de dios.

Antes de la revolución rusa se dedicó a la crítica de arte y al periodismo, con amplias estancias en Capri y en París. Fueron años de encuentros y desencuentros con Lenin, con posiciones afines a los bolcheviques a veces y otras a los mencheviques. En 1917 se decantó definitivamente por los bolcheviques y en el primer Consejo de Comisarios del Pueblo surgido de la Revolución Lenin le nombró Comisario de Instrucción Pública, cargo en el que se mantuvo hasta 1929, superando incluso los primeros años de Stalin en el poder. Con posterioridad se le encomiendan gestiones diplomáticas; en 1930, tres años antes de ser nombrado embajador en España, representó a la URSS en la Sociedad de Naciones.
Lunacharski con Lenin

Como Comisario de Instrucción Pública no sólo impulso la alfabetización masiva de la Unión soviética; trabajó por la protección del patrimonio artístico y cultural (3) y por la extensión de la cultura en todas sus manifestaciones con una posición bastante liberal, amparó todas las formas de expresión artística y todos sus autores, actuando como puente entre los artistas e intelectuales con el poder dominante. En palabras de Chukosvki (4): "No sólo se preocupaba de las artes porque lo requerían las necesidades de Estado, su genuina naturaleza de artista le hacía apasionarse por ellas". El artículo del que proceden estas palabras da una visión completa de este personaje del que dice haber podido "apreciar muchas veces cómo aquel conocedor de Botticelli y Ricardo Wagner, aquel interprete de Ibsen, Maeterlinck, Marcel Proust y Pirandello, se sentía entre los proletarios de filas como pez en el agua"(5)

A.V. Lunachrski
Sus principales obras publicadas, amén de varias teatrales dedicadas a figuras literarias e históricas (Cromwell, Fausto, Campanella o Don Quijote), fueron Arte y Revolución (1924), Teatro y Revolución (1924) y De Spinoza a Marx (1925).En español se encuentran Sobre cultura, arte y literatura (La Habana: Arte y Literatura, 1981). Otras obras suyas son Siluetas revolucionarias, Un decenio de cine soviético en textos (1919-1930): el sistema tras la fábula (Campos visuales), Los destinos de la literatura rusa, Sobre educación y Así era Lenin (Moscú: Nóvosti, 1981), entre otras(6)
Pero hablemos algo de la obra de teatro que nos ocupa. Está escrita en 1923. El Ejercito Rojo ya ha eliminado las últimas resistencias y ha quedado consolidada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Anatoli Vasilievich Lunacharski lleva en el cargo de Comisario de Instrucción Pública desde octubre de 1917. Escritor de sólida formación intelectual y amplia cultura transmite en esta obra sus preocupaciones siempre buscando una justificación de la necesidad de la revolución.

Lunacharski ofrece en este drama una versión actualizada del episodio de la liberación de los galeotes por Don Quijote. Aquí unos soldados del Duque llevan presos a tres personajes (pienso que uno de ellos el estudiante de Salamanca Baltasar de Salas es con quien se identifica el autor). Don Quijote provoca su liberación, por lo que los soldados le apresan y conducen, junto con Sancho, al palacio del Duque, donde acaban siendo encerrados en las mazmorras del castillo. De pronto estalla una revolución. Aquellos presos liberados han tomado el castillo y ponen en libertad a Don Quijote y su escudero.

Aunque su discurso principal se centra en comprender la violencia revolucionaria, de pasada toca un tema que le era muy querido, la actuación de Dios. En el primer cuadro, Baltasar y un soldado dialogan "y si todo se produce por la voluntad de Dios, resultará entonces que los crímenes serán también obra suya" "¿Está todo bien dispuesto en el mundo?" "Lo dudo" "Entonces, siendo Todopoderoso, quiere que todo vaya mal" " Muchas veces pienso que. no es tan infinitamente bueno como dicen".
Hay que recordar que Lunacharski, recién nombrado Comisario de Instrucción, escenificó el juicio de los Soviets contra Dios, su imputación de crímenes contra la humanidad, su condena a muerte y su ejecución mediante el disparo de varias ráfagas contra el cielo de Moscú por un pelotón de fusilamiento

Pero el núcleo de la obra se centra en el enfrentamiento posterior de Don Quijote, defensor de cualquier victima, con los cabecillas de la revolución, en especial con el ideólogo Baltasar. Llega a decirles Don Quijote "Si habéis empezado el movimiento, llevadlo por el camino justo. Tenéis que anteponer a la violencia del antiguo régimen la justicia y la bondad del nuevo. Pero con vosotros rebosan las cárceles de presos, vertéis sangre, reina la tortura y la muerte, y yo, caballero antiguo, me veo obligado a enfrentaros a vosotros, porque sois vosotros ahora los que os servís de la violencia y ellos los oprimidos"

Y ni corto ni perezoso ayuda a que se fugue el Conde Mauricio quien se convertirá en el líder de un ejercito contra-revolucionario: Baltasar le reprocha su actuación que ha dado lugar a la extensión de la guerra, y le hace ver que no cabe la filantropía en un momento revolucionario: "No servís para ciudadano de un país que, hambriento, vierte su sangre, de un país dirigido por unos hombres que quieren dar la victoria al pueblo, conducirlo a la tierra prometida. Cuando entremos en ese soñado Canaan, entonces os diremos ¡Venid, caballero blanco, cread el bien! Con qué satisfacción podrán respirar vuestros pulmones en aquel libre albedrío. Sólo entonces podréis llamaros Don Quijote libertado"

                                Y cae el telón.

 
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(1) El teólogo y canónigo de la Catedral de Málaga, Jose María González Ruíz, escribió un interesante comentario, bajo el título de "Lunacharski, Comisario de Cultura y hombre de sentimiento religioso", en EL PAIS de 2 de junio de 1976, con motivo de la edición en español de este libro por Ediciones Sígueme, en Salamanca.

(2) Parte I, página 45.

(3) No me resisto a publicar las palabras de Lunacharski de su escrito de 16 de noviembre de 1917, por el que dimitía -dimisión al poco tiempo retirada - del cargo de Comisario de Instrucción Pública, ante los destrozos de aquellas fechas. "Han estallado incendios. Se han producido destrucciones. Resulta especialmente espantoso desempeñar el Comisariado de Instrucción Pública en estos días de guerra salvaje, implacable y destructora y de ciega aniquilación... Preservad, para vosotros mismos y para vuestros descendientes, las bellezas de nuestro país. Sed los guardianes de los bienes del pueblo...Pronto hasta los más incultos, aquellos a quienes la opresión ha tenido durante tanto tiempo sumidos en la ignorancia, se educarán y sabrán comprender qué fuente de gozo, de fuerza y sabiduría son las obras de arte...Vosotros todos, ciudadanos, preservad nuestra riqueza común."

(4) El famoso poeta y cuentista para niños Kornei Chukovski (1882-1969) escribió este retrato de Lunacharski en su Obra "Los Contemporáneos" bajo el título "El Comisario del Pueblo de Instrucción Pública"

(5)En http://www.marxists.org/espanol/lunacha/chukovski.htm Entre las anécdotas interesantes destaca el apasionado debate tenido en la Casa de la Prensa de Moscú en 1920 sobre las obras teatrales de Lunacharski. Tras varias horas de fuertes criticas por parte de Maiakovski y otros escritores, Lunacharski fue capaz de hacerse oír durante dos horas defendiendo con pasión y argumentos la calidad de sus obras. Acabaron aplaudiéndole. Y Maiakovski recordaba esta sesión diciendo "Esa noche Lunacharrski estuvo genial. Habló como dios"

(6) Algunos datos proceden de Wikipedia. Pero algunas de las mejores informaciones están obtenidas de http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lunacharski.htm

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