martes, 30 de noviembre de 2010

Eduardo Martín de la Cámara, el consuegro de Atilano Casado ( 1 )


A él probablemente no le habría gustado esta calificación, no sólo por injusta y cicatera, sino sobre todo por temor a que sus genes pudieran reprocharle ese parentesco. De todas formas hubiera acabado conformándose como es habitual en situaciones similares, pero se libró de ese trago pues fue “consuegro post mortem”, ya que cuando él muere en 1926 restaban cinco años para que su hija Elena matrimoniara con un hijo de Atilano Casado.

Cuando en febrero de 1.900 viene a esta Ciudad para ocupar el cargo de Contador en su Ayuntamiento es ya un conocido periodista y abogado, de sólida formación humanista y literaria. Descendía de una familia firmemente liberal y progresista.

Su bisabuelo León Martín de la Cámara y Benito, nacido en Magán (Toledo) el 20-2-1799, se crió y educó en Madrid al lado de su tío Joaquín, Vista de Aduanas. Durante el trienio liberal fue miliciano nacional destacando su actuación en los hechos del 7 de julio de 1822 en los que el arrojo de los voluntarios de la Milicia derrotaron en la Plaza Mayor de Madrid y pusieron en fuga a los componentes de la Guardia Real, sublevados en los días anteriores para derogar la Constitución de 1812 y reponer la monarquía absoluta. En su reconocimiento el 16 de enero de 1823 fue declarado “benefactor de la patria”.

Ejecución de Riego en La Cebada
 Cuando, ante la invasión de los “cien mil hijos de San Luis”, el gobierno constitucional se ve forzado a dirigirse al sur, primero a Sevilla y finalmente a Cádiz, , él marcha con su batallón de milicianos voluntarios para protegerle y en defensa del régimen liberal; participó en todas las acciones, en especial frente al asedio y bombardeo de Cádiz el 23 de septiembre de 1823, tras el que, triunfante el absolutismo, consigue regresar a Madrid sin ser preso (1).

Terminada la década ominosa y muerto el rey Fernando, en 1834 se incorpora a la Milicia Urbana de Madrid. Precisamente en la parada celebrada el 12 de julio de dicho año llamó la atención un banderín viejo y agujereado con las letras M M entrecruzadas propias de la antigua Milicia de Madrid; lo llevaba en la punta del fusil el sargento León Martín de la Cámara quien lo había traído al escapar de Cádiz ceñido a su cuerpo y había tenido el valor de conservarlo en los años difíciles(2).

Posteriormente en los diversos lugares en que vivió, desempeñando su empleo de interventor de Correos hasta su jubilación -Puerto Real, Villanueva de la Serena, Benavente y Navalcarnero-, siempre siguió su actividad de Miliciano en los períodos que fue posible. Falleció en su casa de Chamberí de Madrid el 30 de mayo de 1866. La prensa de esos días notificaba su muerte diciendo “con profundo sentimiento anunciamos la muerte de León Martín de la Cámara, antiguo y consecuente progresista, cuyas virtudes cívicas y privadas le habían grangeado la estimación de cuantos le conocieron y trataron; su vida entera que consagró al servicio de la libertad, debe proponerse como ejemplo”(3).

Su abuelo Eduardo Martín de la Cámara y Puertas nació en Madrid en 1824, donde trabajó como agente de negocios. Siguió la estela liberal y demócrata de su padre. En los acontecimientos de julio de 1854 en Madrid, tras la sublevación de 28 de junio o “Vicalvarada”, aparece firmando el Manifiesto de la Junta de Pontejos como jefe de la fuerza armada(4). En 1856, durante los sucesos del 14 al 16 de julio, combate dentro del batallón 3º de ligeros de la Milicia Nacional en la Plaza de Santo Domingo hasta que la falta de munición les obliga a retirarse a sus casas (5).


  En 1863 es uno de los primeros firmantes del Manifiesto de los Demócratas de Madrid de 30-9-1863 defendiendo la abstención en las próximas elecciones generales (6). Como colofón, al triunfar la revolución de 1868 -“la Gloriosa”-, es designado integrante de la Junta Superior Revolucionaria como Diputado y como tal aparece firmante de la emotiva Proclama que dicha Junta publica el 7-10-1868  y que se reproduce aquí.  (7).

Tras estos hechos, al ser designado en julio de 1869 como Ministro de Ultramar Manuel Becerra, notable masón pues era Gran Maestre del Gran Oriente de España, entra a trabajar como Oficial de la Secretaría de dicho Ministerio (8);su disfrute de este cargo dura el tiempo que su correligionario Sr. Becerra permanece en ese Ministerio, pues su dimisión como Jefe de Administración en el Ministerio de Ultramar es aceptada el 16-4-1870, unos días después del cese de aquel como Ministro (9). Falleció en Madrid el 9 de diciembre de 1875 (10)

Su padre Eduardo Enrique Martín de la Cámara y Dávila nació en Madrid el año 1850. Cursa estudios de Filosofía en 1866 y de Derecho entre dicho año y 1869 en la Universidad Central de Madrid (11). En esas fechas, en las que su padre ocupa un buen cargo en el Ministerio de Ultramar, se traslada a las Islas Filipinas. Allí ejercerá de Notario durante más de veinte años en varias localidades: Abay, Manzanilla y Pampanga. De esta ciudad en 1882 es destinado a Manila, capital en la que llegó a ser Decano de su Colegio Notarial y en la que permanecerá hasta mediados de 1897.

En las Islas se casó, nació su hijo, el Eduardo que nos ocupa, y enviudó muy joven todavía. Para describirle las mejores palabras son las de su hijo quien dijo de él. “Notario que fue de Manila, español a ultranza, humano, fraterno y justo, cuando el serlo, bajo aquel medio, despertaba suspicacias”(12). Como masón que era, de grado 33, en su logia de “La Integridad Nacional” y en el Consejo Regional trabajó siempre por el entendimiento fraterno y la consolidación del Gran Oriente Español en Filipinas(13).

 De su afición por la poesía y de su devoción por Cervantes, cualidades heredadas plenamente por su hijo, nos ha quedado como muestra el poema titulado “Al insigne escritor complutense Miguel de Cervantes Saavedra” , leído por él personalmente en Alcalá el 9-10-1878 con motivo de la primera piedra del monumento a Cervantes(14).
Regresado a España cuando la pérdida de las Filipinas era inminente, antes de su muerte, publicó .en los números 1898 y 1899 de la revista La Notaría “El Notariado en Filipinas. Su génesis, crecimiento y muerte"
       =========================================================
 (1) El General Riego no tuvo la misma suerte. Fue hecho prisionero en Arquillos (Jaén) , trasladado a Madrid y ejecutado el 7 de noviembre de 1823 en el patíbulo de la Plaza de la Cebada.
(2) Este banderín, la prenda mas sagrada para él, lo entregó en el lecho de muerte a su nieto Eduardo Enrique, que contaba entonces diez y seis años de edad.
(3) “La Discusión. Diario Democrático” de 5 de junio de 1866
(4) La España” de 3 de agosto de 1854
(5) “El Clamor” de 18-7-1856; “La Discusión” de 5-6-1866
(6) Suplemento de “La Discusión” de 8 de octubre de 1863
(7) Gaceta de Madrid de 8-10-1868; y en “La Correspondencia de España” de ese día
(8) Guía de Forasteros en Madrid-Años de 1869 y de 1870-
(9) Gaceta de Madrid de 17-4-1870
(10) “La Correspondencia de España” de 10-12-1875
(11) Archivo Histórico Nacional, Universidades, 4397, Expediente 1
(12) Dedicatoria de su libro “Parnaso Filipino” Editorial Maucci- Barcelona, 1922
(13) La Masonería española en Filipinas, por Susana Cuartero Escobés- Tomo I, paginas 92 y ss ; y Boletín del Gran Oriente Español de 4-2-1891, pagina 4.
(14) Una copia manuscrita obsequiada por el autor el 12-8-1878 a Félix Huerta me ha sido facilitada por mi amigo Arsenio Lope Huerta; también fue publicada en el periódico local “La Cuna de Cervantes” según Ricardo Monner Sans en su obra “Ensayo de Antología Cervantina”, -Buenos Aires- 1916-
  =============================================
(Continuará)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Eduardo Martín de la Cámara (2).Apuntes sobre su vida

Después de este paseo ancestral, volvamos a nuestro personaje para conocer algo de su vida y escritos.

Eduardo Martín de la Cámara y Martínez nació en Manila (Isla de Luzón de las Filipinas) el año 1873. Obtiene el título de Bachiller en Artes el 22-6-1892 en el Instituto de Manila. Durante el curso 1892-1893 cursa varias asignaturas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Manila (15). Estudia Derecho en la Universidad de Manila en los cursos 1893 a 1896; hacia febrero de 1897 aparece viviendo ya en Madrid en la Calle Fernando VI; se matricula para Septiembre en la Facultad de Derecho de la Universidad Central, terminando las asignaturas restantes en 1898. Aprueba el examen para obtener la Licenciatura en Derecho en esta Universidad el 25 de octubre de 1898 (16).

En busca de seguridad económica, obtiene por oposición empleo en Hacienda, supera las pruebas para Secretarios de Diputaciones Provinciales, e ingresa en el Cuerpo de Contadores Municipales de cuya Comisión Ejecutiva fue Secretario General. Por otra parte se mueve por los círculos culturales y literarios de la Capital, se hace socio del Ateneo (17) y se introduce en el mundillo periodístico, como corresponsal del diario “El Mercantil” de Manila. Esta corresponsalía le permite seguir ejerciendo de periodista, labor ámpliamente llevada a cabo en Manila desde su juventud; un compendio de algunos de sus artículos se publicó en aquella ciudad bajo el titulo de “Calderilla” y con el seudónimo de “Ben Aramac” (18). Al mismo tiempo le servía para mantener contacto con su tierra natal y con los amigos que allí permanecían (19).

En febrero de 1.900 el Ayuntamiento de Alcalá le elige para el cargo de Contador municipal, que desempeña hasta mediados del año 1.925. Fue un entusiasta de su profesión; ya en 1902 publica el libro “Los Contadores de Fondos su historia y organización” con prólogo del Ex Director de Administración Local don Eugenio Silvela.; y todavía en 1925 la Editorial Reus seguía vendiendo sus “Formularios Municipales” y las “Contestaciones para Secretarios Municipales”. Por su prestigio profesional fue comisionado en 1917 como Delegado del Tribunal de Cuentas para investigar importantes descubiertos en la Caja del Ayuntamiento de León.

De su labor en el Ayuntamiento de Alcalá hay que resaltar su actuación como Secretario de la Junta Local constituida para la conmemoración del Tercer Centenario de la publicación del Quijote (20); demostró su capacidad organizadora, fue redactor del Boletín; y sobre todo apadrinó la idea y puso todo su empeño en la formación del Museo Biblioteca Cervantino, proyecto aprobado por la Junta Central del Centenario presidida por el Sr. Maura el 1 de julio de 1904 (21), que, al no encontrar local adecuado (la Sociedad de Condueños comunicó no tener ninguno disponible) ni medios económicos, quedó instalado entonces provisionalmente en el edificio municipal. Años más tarde el escritor y periodista Ceferino R. Avecilla publicó un bello artículo, descriptivo del pobre final de dicho Museo (22).

A los pocos años de su estancia en Alcalá conoce a la que sería su esposa, Elena Martinez Septién y Cobo, quien, si bien vivía con su madre en San Gervasio (Barcelona), estaba por esas fechas transitoriamente en nuestra Ciudad con motivo de la tramitación de la testamentaría de su padre, Juan Martinez Septién y Zabalo, del que su madre llevaba varios años separada.

 Este, natural de Calatayud, fue un destacado funcionario del Ministerio de Ultramar en la isla de Cuba, Administrador principal de Hacienda hasta 1890 y, desde entonces hasta su dimisión en 1894, Administrador de la Aduana de La Habana. Posteriormente se instala en Alcalá, dedicándose a la fabricación de pan, con industria establecida en Los Santos de la Humosa y con tahona en el nº 12 de la calle Talamanca y almacén en la calle del Tinte nº 2. En la misma casa de la calle del Tinte, recién construida por doña Rosa Mata Martín, domicilia el negocio de servicio público de carruajes que tiene a medias con dicha señora. Es en la casa de ésta última, en la Calle Cánovas del Castillo, "donde residía y le cuidaban y asistían", en la que fallece el 24 de abril de 1903.

Elena, como única hija, es la heredera universal, después de los diversos legados hechos por su padre en el testamento formalizado el 24-5-1900.
La belleza de esta heredera y su juventud (había nacido en 1.887, por lo que era 14 años menor que él) debieron impresionar al ya maduro y romántico Eduardo y facilitaron el enamoramiento y posterior matrimonio.
Tuvieron cinco hijas: María, la mayor, estuvo vinculada a la Sección Femenina de Falange de cuya organización fue Delegada Provincial de Madrid en los primeros años de la posguerra, se casó con José  Espinel Morales y falleció en Madrid el 15-1-1980; Elena contrajo matrimonio en 9-11-1931 con José Casado Moreno y murió a los 90 años de edad en Madrid el 3-7-2000; Enriqueta; Carmen, con aficiones poéticas e integrante de la Asociación de Amigos de Bécquer; y por último Marcela que casó con Julio Muñoz Melgoso.


Sepultura familiar de E.M. de la C.
 Tras veinticinco años como Contador de Fondos del Ayuntamuento complutense, a mediados del año 1925 marcha a Oviedo para ejercer la misma función interventora. Enferma a los pocos meses y en la primavera del año siguiente tiene que regresar a Alcalá con la salud muy deteriorada. A pesar de llevar varios años separado de su mujer e hijas, es acogido en el domicilio familar, donde fallece el 28 de mayo de 1926 y es enterrado al día siguiente.




   ============================================
(15) Los sobresalientes en Literatura e Historia indicaban ya sus preferencias personales. Es de notar que en 1903, trabajando ya en Alcalá, cursase, por libre, Lengua y Literatura Latina. AHN, Universidades, 6657, Exp. 2-
 (16) Tuvo problemas para obtener el certificado del título de Licenciado que le urgía pues quería presentarse a una plaza de Oficial del Consejo de Estado, al no haber presentado documento auténtico del título de Bachiller. Por escrito de 29-10-1898 alegó las dificultades para obtenerlo al haber estado Manila sitiada del 1 de mayo al 13 de agosto y estar luego invadida por las tropas USA. -AHN; Universidades, 4397, Exp. 2 -
(17) En la Lista de Señores Socios aparece con el nº 6.938 como Abogado y publicista, domiciliado en la calle Urosas, hoy calle de Luis Vélez de Guevara, en el nº 12
(18) “El Liberal” de 26-2-1897 anunciaba la publicación de esta “preciosa colección de artículos” y su venta al precio de 3,50 pesetas
(19) En setiembre de 1912, como corresponsal de El Mercantil entrega a la Junta Conmemorativa del Centenario de las Cortes de Cádiz los importes de las suscripciones hechas en Filipinas para una lápida en el Oratorio de San Felipe de Cádiz ( El Liberal de 25-7-1912; ABC de 26-7-1912; y El Globo de 30-9-1912)
(20) Crónica del Centenario del Quijote, publicada bajo la dirección de Miguel Sawa y Pablo Becerra -Madrid 1905-, vid. Páginas 281 a 304.
(21)  Boletín de la Junta Local de Alcalá de Henares, nº 1º de 1 de marzo de 1905.
(22) “El Oratorio de Nuestro Señor don Miguel de Cervantes” -La Esfera de 17-7-1920-
   ================================================
   ( Continuará)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Eduardo Martín de la Cámara (3). Escritos y publicaciones -1ª Parte-


En Alcalá conoce y entabla amistad con Ángel Almiñana y Castro, archivero en el Central de la Administración; juntos redactan la “Historia sintética de España y de la América Española hasta su emancipación”, libro publicado en 1913 y que seria después editado en 1922 por la Editorial Maucci de Barcelona, tras ser premiado por la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Madrid en el concurso de 1922.

Hacia el año 1915 su colaboración en la prensa de España se hace más habitual. Antes había publicado algunos artículos esporádicos, como por ejemplo el dedicado a defender a Alcalá como cuna de Cervantes en El Heraldo de Madrid de 24-2-1905 (en el mismo número puede leerse un curioso cuento de Unamuno).

Desde Mayo de 1915 hasta diciembre del mismo año escribe en Blanco y Negro una sección fija que él denomina “Calendario de las letras”; resume las efemérides correspondientes a cada mes en el ámbito literario y demuestra, además del dominio del lenguaje, su gran capacidad de síntesis y el amplio conocimiento de la literatura universal.. En el año 1917 y en el diario ABC publica, desde Enero a Abril, los cuatro meses que faltaban, siguiendo el mismo objetivo de resumir las efemérides interesantes, si bien ahora titula la sección como “Meses Pintorescos”

Entre 1916 y 1920 colabora en el diario ABC con una serie de artículos, “Semblanzas” sobre diversos personajes , desde Fígaro a Concepción Arenal, pasando por Olózaga, Becquer, Juan Nicasio Gallego , hasta Alfonso XIII; con pequeños y finos trazos desgrana la vida y obra de tales personas.

Colaboró también por esas fechas en otras publicaciones como La Ilustración Americana y Española, El Heraldo de Madrid , El Liberal y La Esfera. En la prensa alcalaína no participa hasta 1917, cuando Ceferino Rodriguez Avecilla se instala en Alcalá e inicia la publicación del periódico “Castilla” Sin duda debió sintonizar bien con este peculiar y excelente escritor, del que habría mucho que contar; a él debemos una breve descripción de nuestro Eduardo: “Nuestro amigo es un hombre nervioso, avellanado, de busto erguido y manos anchas y muy poco dúctiles de articulaciones. Anda aprisa, acompasando su caminar con un fino bastón, levemente inclinada la cintura y enhiesta la cabeza” (22).

Como consecuencia de uno de los artículos publicados en El Liberal se vio en la necesidad de enviar sus padrinos para retar a un periodista de ideas antagónicas. En Noviembre de 1916, a  mitad de la gran guerra, dos españoles, Ricardo Gonzalez Llanos y su suegro Emilio Delac, habían sido condenados a muerte en Francia por espiar a favor de Alemania; hubo una notable movilización para evitar la pena capital, con participación del mismo Alfonso XIII.

Eduardo Martín de la Cámara, que conocía con todo detalle la vida e intimidades de Ricardo Gonzalez, pues, lo mismo que él, había nacido, estudiado y vivido muchos años en Manila (“capital de las ubérrimas isla que nos expropiaron los yankees” en palabras del propio Eduardo), le dedicó un artículo en El Liberal el 28 de noviembre de 1916. El texto era ciertamente duro y demoledor. Al día siguiente Cirici Ventallo, periodista conservador y germanófilo, publicó en El Debate una severa contestación bajo el titulo “Los auxiliares del verdugo”en la que consideraba que el señor Martín de la Cámara estaba empujando al patíbulo a los españoles condenados.

Don Eduardo, sintiendo mancillado su honor, envió a sus amigos y compañeros del periódico Ezequiel Endériz y Antonio de Lezama, a que requirieran al Sr. Ventallo el nombramiento de sus representantes para reparar la ofensa. El 2 de diciembre éstos publican en El Liberal una carta dirigida a Don Eduardo en la que le comunican haber recibido otra del Sr. Ventallo, negándose a designar representantes, por su opinión contraria a los duelos y a las llamadas cuestión de honor. Menos mal. No llegó la sangre al río.

En el campo de la creación narrativa dejó Eduardo M. de la Cámara algunas muestras interesantes. En 1917 publicó en la revista Los Contemporáneos una novela corta titulada “El despertar del troglodita” ambientada en Filipinas cuyas costumbres y paisajes retrata, en palabras del diario ABC, ”con el estilo limpio y elegante , la emoción y el interés que caracteriza la manera del sagaz escritor que es el autor”(23).Aprovechando la buena acogida de este relato, al año siguiente, bajo el título de “Vidas llameantes” , da a la imprenta un libro en el que, además de “El troglodita”, incluye otras dos novelas pequeñas; “La lucha de los elefantes” relato de intenso sabor oriental, y “Andanzas de un niño precoz” llena de atisbos psicológicos; sobre él la prensa madrileña expresó muy buena opinión (24).

Tiene publicados además dos cuentos: “La armadura japonesa” en La Esfera de 20-4-1918, y “El oro del silencio” en la revista Blanco y Negro de 4-8-1918.

En 1919 edita el entremés "La elección de los alcaldes de Daganzo" con dedicatoria especial para el Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Henares, como prueba "de la dilección a Cervantes y a su ciudad-cuna"; en su prólogo, que firma "viendo la Iglesia de Santa María la Mayor", sostiene apasionadamente el amor de Cervantes por su ciudad natal, puesto de manifiesto por las menciones y alusiones alcalaínas en algunas de sus obras, desde la Galatea a  Los Baños de Argel, pasando por el mismo Quijote, que él expone con todo detalle en dicho prólogo.

Ese mismo año publica "Cien sonetos de mujer". Desde tiempo atrás estaba trabajando con el archivero Luis García Rives en un estudio sobre escritoras españolas de la época y se le ocurrió aventurarse a encontrar cien poetisas españolas y, para ponerlo más difícil, que hubieran compuesto algún soneto publicable. Este libro es el resultado de su labor de "colector de sonetos mujeriles". Precede a cada soneto una breve reseña biográfica, muy provechosa al tratarse en la mayor parte de personas poco conocidas. Es de notar que respeta los textos en su lengua original, sea catalana o gallega. Lo explica en el prólogo al decir: "Loado sea Dios, al quitarnos la comezón de traducir los sonetos imaginados en otras lenguas nacionales que la castellana"
El académico señor Cotarelo dijo de esta obra.: "Sin llegar a la perfección, cosa difícil en cualquier antología, la del Sr. Cámara puede en justicia ser calificada de excelente, aunque pudieran señalarse cosas que sobran y cosas que faltan... Por lo demás en el libro hay de todo, debe decirse en tributo a la verdad, desde lo mediano, o menos de mediano, hasta lo valiosísimo. Como ejemplo de lo último debe citarse el soneto a Cisneros de doña Blanca de los Ríos" (25)

Este soneto tiene el valor añadido de haber sido leído por la autora, ante la estatua de Cisneros, en el acto académico que tuvo lugar en la Universidad por él fundada,  el 3 de junio de 1917 con motivo de la peregrinación franciscana celebrada en conmemoración del IV centenario de la muerte del Cardenal. A lo mejor algún día  vemos grabado este texto junto a su estatua. Entre tanto creo que es de justicia darlo aquí a la luz.
                    
                                      CISNEROS

                        Recio y contemplativo; castellano
                        de la Castilla que integró el planeta,
                        muéstrase entero en su enjutez de asceta
                        y en su perfil de emperador romano.
                        férreo estadista, humilde franciscano,
                        y en agria soledad anacoreta,
                        fue de su tiempo síntesis completa
                        y abarcó tierra y cielo con su mano.
                        En la diestra la cruz, la espada al cinto,
                        rindió Orán, bautizó las moras greyes,
                        domó de la nobleza el fiero instinto,
                        fundó esta escuela que al saber dio leyes;
                        y, de Isabel primera a Carlos quinto,
                        rigió a los sabios y reinó en los reyes.

              ================================
(23) ABC , del 3 de octubre de 1917
(24) El Heraldo de Madrid de 4 de enero de 1919 y ABC de de agosto de 1818.
(25) Del Informe de dicho académico incluido en la R.Orden de 4-8-1923 aprobando la compra de 100 ejemplares para las bibliotecas públicas, Gaceta de Madrid, nº 230, de 18-8-1923

  ( Continuará )

sábado, 27 de noviembre de 2010

Eduardo Martín de la Cámara (3)- Escritos y publicaciones 2ª Parte- y Final



Antes de proseguir con la exposición de las últimas publicaciones del autor que nos ocupa, hay que hacer referencia al trabajo realizado en colaboración con el bibliotecario y archivero Luis García Rives, quien en 1915 fue destinado al Archivo Central de la Administración de Alcalá. Fue éste un "Catálogo de Escritoras Españolas de los siglos XIX y XX", del que él mismo decía (26) "que será libro, y acaso merezca serlo, porque dice esfuerzo y aporta noticias vírgenes y curiosas".

No pudieron verlo editado, pero su manuscrito titulado "Catálogo bibliográfico de 1.856 escritoras españolas de los siglos XIX y XX" les reportó las dos mil pesetas, con que estaba dotado el premio para bibliografías, convocado en 1920 por la Biblioteca Nacional, y que se concedió a su trabajo (27). Este inédito manuscrito reposa en la Biblioteca Nacional (28).

 Pero sigamos. Fruto de su espíritu recopilador y de su afición a la poesía son las dos últimas antologías, consagradas a sus dos grandes amores, Cervantes y las Islas Filipinas.

La editorial Rivadeneira en 1922 (29), dentro de su colección de Ediciones Selectas, publicó el libro "Poesías de Miguel de Cervantes Saavedra. La más completa colección hasta el día. Ordenación y prólogo de Eduardo Martín de la Cámara". Está dedicado a "José Toral, muy gran poeta y novelista, de noble estirpe castellana", su buen amigo desde la época estudiantil en Manila (30).

Al calificar su prólogo de "galeato", ya nos indica, amén de su desmedida afición por los términos enrevesados y poco usuales, su voluntad de defenderse de las posibles opiniones adversas , pero "se sentiría pagadísimo con que la Antología diera sensación cabal de los subidos quilates poéticos del Manco sano".

Tras explicar las fuentes y origen de los versos seleccionados, critica que Cervantes, indiscutido prosista, no ha merecido igual unanimidad como poeta, pues él considera que fue "muy poeta; desde la Galatea hasta el Persiles, pasando por el Quijote, ¡tan poemático!,toda su obra vibra de poesía", y, para demostrarlo, detalla el valor en este aspecto de diversas obras cervantinas.

Admite que, como rimador, no llega siempre a sus modelos, Fray Luis, Herrera y, singularmente, Garcilaso; pero frente a quienes tienen a Cervantes por poeta premioso," de los de mucha lima ", considera que la facilidad es nota de la generalidad de sus versos, aunque tiene que reconocer que la fluidez, la sonoridad y la misma inspiración están en menor medida.

Por último, con la excusa de contentar a quienes no se adentrarían en los versos recopilados si "no nos metiéramos un poco con el Egregio Autor", aprovecha para señalarle achaques de poeta, como la reiteración de ciertos giros e imágenes, el abuso de las antonimias, publicar sonetos iguales e idénticas quintillas en diferentes obras, e incluso poner como propios dos versos de Garcilaso en la canción quijotesca del"hermano mancebo vestido a lo romano"y otros tres en la silva "A los éxtasis de la Beata Madre Teresa". Pero considera, en su jerga habitual, que son minucias, "tildes de que no están horros los más acaballerados de la grey".

En 1923 se publica su trabajo antológico más ambicioso y, más querido:"Parnaso Filipino. Antología de Poetas del Archipiélago Magallánico", editado por la Casa Editorial Maucci, en Barcelona. Es uno de los últimos "parnasos" que saca a la luz este editor. Más de veinte años llevaba dedicándose a impulsar la publicación de antologías que divulgasen la valía literaria de los escritores de los países recién independizados de España, frente a la posición colonialista que respecto a ellos había mantenido Menendez Pelayo en su "Antología de poetas hispanoamericanos. Madrid 1893-1895)". (31)

Los versos de cada autor van precedidos de una breve pero suficiente exposición de su vida y escritos.

En el prólogo, firmado en Alcalá de Henares, "ciudad abuela del ·Quijote" en septiembre de 1922, reconoce haber incluido, por exigencias del editor en cuanto al número de páginas, más poetas de los que merecían estar, y .nos advierte que los versos no son filipinos, no están escritos en ninguna de las treinta y tantas lenguas vernáculas, ni, en general, se inspiran en el solar filipino.

Los poetas son filipinos, pero los versos castellanos. Y eso es más de notar cuando esta creación poética se inicia con el comienzo de los movimientos independentistas , se mantiene en los primeros años de la república filipina y durante la guerra filipino-estadounidense, y crece después durante el dominio USA a pesar de la imposición lingüística del ingles. Esto le lleva a vaticinar, con más entusiasmo que acierto, la perdurabilidad del castellano en Filipinas por encima de las pretensiones de los invasores norteamericanos. Hoy se quedaría de piedra si por Internet entrara en la página filipina del Instituto Cervantes, toda en lengua inglesa.(32)

El que antes de 1898 los versificadores fueran contadísimos ( Atayde, Paterno, Rizal, Seva, Rábago) lo explica, de acuerdo con la opinión de Retana (33) en "dos motivos. la censura de imprenta , suficiente por sí sola para impedir el desarrollo de un arte que sólo germina en la libertad; y el desconocimiento del castellano por la mayoría de los filipinos natos, cuya propagación históricamente fue obstaculizada por los frailes ( con excepción de los jesuitas)".

La poesía filipina, a juicio de nuestro Eduardo, se gesta merced a la lucha por la libertad e independencia, en los cenáculos en que se hacía al mismo tiempo literatura y revolución, por lo que nace enfrentada a la Metrópoli, pero en castellano. Por esa enemistad, aún escribiendo en español, esquivan seguir los modelos de nuestros poetas, clásicos y modernos, y buscan beber de los simbolistas franceses y los modernistas hispanoa-americanos.

En cuanto a los temas de su inspiración, considera que en general se centran en cantos a la patria, a la nacionalidad , a la independencia y a sus héroes ( Rizal, Mabini, Jacinto o Bonifacio), con algunas alabanzas de lo aborigen. Pero pocas veces se inspiran en su solar; ni el paisaje les tienta ni plasman sensaciones de aquella prodigiosa Naturaleza.

De todos los allí recogidos sus preferencias van hacia Cecilio Apostol, "poeta elegante y lapidario en cuyos versos campa serenidad clásica", y sobre todo hacia Fernando Maria Guerrero "príncipe de los líricos filipinos, el exponente etnológico, el poeta malayo por excelencia, en quien vibra aquel alma tagala tan incomprendida, primitiva, melancólica, paciente, siempre opresa y nostálgica de libertad"

De algunos pocos va desgranando sus virtudes , para finalmente referirse a Rizal, "cuya soberana poesía  -Ultimo Adiós- ha recorrido el orbe". Afirma : "Rizal fue poeta, pero secundariamente. Su rasgo característico fue el de revolucionario, dentro de este amplio círculo están insertos el científico, el literato y el políglota. Cultivó todas las bellas artes, pero siempre con la obsesión de manumitir y dignificar a su patria"

El libro contiene una segunda parte, para recopilar unos cuantos poetas españoles que tuvieron arraigo en las Islas. En general es del parecer que en general su inspiración fue rastrera "metrificadores de versitos festivos, sin pretensiones ni trascendencia. Sólo salva a dos, Manuel Romero de Aquino y José García Collado, "vates verdaderos, aún bajo el yugo de la censura, habrían lucido como tales en cualquier mundo literario"

Y aquí pongo punto final a mi intromisión en el pasado de este español, filipino y complutense. Pero me voy a permitir un addendum a su Parnaso para que, junto a poetas filipino y españoles allí arraigados, figure también un poeta español de paso en esas Islas en 1915; me refiero al malagueño Salvador Rueda, quien dedicó al último reducto español en Filipinas, Ilo-Ilo, este precioso y oportuno soneto:

            Ilo Ilo, precioso, tu hilo quiero
            para, en la aguja azul de la poesía,
            ensartar la riente sedería
            de tus carretes de girar ligero.

            Como dedal me ajustaré un lucero
            y atada al bastidor mi fantasía,
            en dos colores donde el sol se ría
            he de tejer la tela que prefiero.

           Tela de oro por lo que ha costado,
           tela de sangre por lo que ha llorado,
           tela inmortal que replegada espera.

           Tus hilos me darás, Ciudad querida,
           ¡ Y en el lienzo sagrado de mi vida
           te bordaré la hispánica bandera !


Se me olvidaba indicar que el Parnaso filipino está en formato ebook,  descargable gratis en la página del proyecto Gutemberg siguiente http://www.gutenberg.org/
=======================================================================

(26) En el prólogo del libro "Cien sonetos de mujer", publicado por él en 1919, e ideado precisamente mientras elaboraba el Catálogo de Escritoras "a compás de su inteligente amigo y colaborador".

(27) Gaceta de Madrid, número 9, del 9 de enero de 1.921

(28) Nuestro ilustre convecino Julián Martín Abad lo relaciona, con las signaturas Mss. 21.086-21.088, entre los originales premiados en los concursos bibliográficos iniciados en 1.857, en su trabajo "Manuscritos bibliográficos de la Biblioteca Nacional·" incluido en la obra "Varia Bibliográphica. Homenaje a José Simón Díaz" 1987-

(29) Aunque Vicente Gaos, en la noticia bibliográfica que de este libro de Martín de la Cámara da en la edición de "Poesías completas de Cervantes" de 1981, le databa dubitativamente en 1923, Montero Reguera confirma la fecha que aquí doy, en "Cervantes"-1995- Centro de Estudios Cervantinos, pág, 63.

(30) José Toral y Sagrista, notario de Madrid, además de periodista, poeta y novelista, había nacido en Andújar el 21/1/1874 y murió en Madrid el 16/2/1935; de su posición republicana ha quedado constancia en el Centro de la Memoria Histórica, que guarda una carta suya de mayo del 1931 a Lerroux manifestándole su adhesión y expresando su deseo de ingresar en el Partido Republicano Popular. Su compañero de Derecho de la Universidad de Manila, Martín de la Cámara le incluyó en "El Parnaso Filipino", en el grupo de los poetas españoles vinculados vitalmente con las Islas , y puede leerse allí una breve reseña de su vida y de sus obras literarias.

(31) Este sentido reivindicativo de estas antologías editadas por Maucci ha sido estudiado por Leona Martín, de la Universidad de Susquehanna, en Pensilvania, USA, en "Entre la Antologia de poetas hispano-americanos de Marcelino Menendez Pelayo y los Parnasos de la Editorial Maucci: Reflejos del ocaso de la  hegemonía colonial".Puede leerse en http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v15/martin.html

(32) Le podría reconfortar el entusiasmo de esta página http://www.galeondemanila.org/ en favor de la lengua castellana.

(33) W.E. Retana "De la evolución de la Literatura Castellana en Filipinas-Los Poetas-", Madrid, 1909.



miércoles, 10 de noviembre de 2010

De Canavaggio a una propuesta de música conmemorativa

La entrevista que hace días hizo Pedro Hinojos al hispanista francés Canavaggio en Diario de Alcalá ha sido el desencadenante de los nuevos conocimientos obtenidos hoy. El notable cervantista celebraba el esclarecimiento de la autenticidad de la Epistola a Mateo Vazquez escrita por Cervantes durante su cautiverio en Argel, gracias al trabajo de Jose Luis Gonzalo Sanchez-Molero.

Rápidamente me he bajado su artículo " La Epistola a Mateo Vazquez redescubierta y reivindicada". Habrá que releerlo más despacio. Es emocionante seguir los pasos dados por el autor, tras las pistas de los papeles del Conde de Altamira, hasta llegar , despues de haber indagado en la Biblioteca Zabalburu, a encontrar este documento en el Instituto de Valencia de Don Juan. Esta institución, en la que está (al menos estaba cuando el autor hizo la investigación), como responsable del archivo la alcalaína, de la Calle Ancha, Maria Angeles Santos Quer, ocupa el Palacio Osma de la calle Fortuny, 43, y contiene una gran riqueza arqueológica y documental.

Despues he leido el periodico La Epoca del 23 de abril de 1863, que fué donde primero se publicó esta carta. Estando en éstas, me he topado con el detalle del programa de música que, en el acto conmemorativo del fallecimiento de Cervantes el 23-4-1863, se ofreció, bajo la dirección del Maestro Barbieri, toda de compositores españoles y de la época cervantina. Las obras interpretadas fueron: Salmo "Regem cui omnia vivunt" con música de Melchor Robledo; Salmo "Domine ne in furore tuo" , sacado de los ejemplos del libro "El por qué de la música" del natural de Anchuelo y racionero y organista de la Magistral de Alcalá Andrés Lorente; el responsorio Credo quod Redemptor meus de Alfonso Lobo; el responsorio Qui Lazarum del monje de El Escorial Fray Pedro de Tafalla; la misa de Requiem del célebre Tomás Luis de Vitoria; la Sequentia dies irae arreglada por Hilarión Eslaba; y el motete Versa est in luctum cithara mea, del maestro de capilla de Toledo Alfonso Lobo.
Sería interesante que alguna o varias de las agrupaciones corales de Alcalá se atrevieran a localizar estas composiciones y a interpretarlas en las conmemoraciones anuales en honor de Cevantes ¿Hay algún valiente?

Habiendo fallecido en el día de ayer el Sr. Marques de Morante... ( 1 )

Así daba comienzo la Nota que el 20 de junio de 1868 remitía al Presidente del Senado quien había sido su buen amigo y ahora su primer albacea, Don Victorio Fernández Lascoiti. A la caída de la tarde del viernes 19 de junio había muerto en su vivienda del cuarto principal de la calle Fuencarral con vuelta a la de Beneficencia el que fuera primer Marques de Morante, Don Joaquin María Donaciano de la Santísima Trinidad Gómez de la Cortina y Gómez de la Cortina.
De mi interés por este Marques isabelino debe culparse a mi cuñado (como ocurre en todas las familias, a los cuñados conviene hacerles responsables de todo). El caso es que se le ocurrió comprar una casa que, mire usted por donde, había sido propiedad de dicho Marqués.

Al leer la documentación registral de la finca me intrigó conocer que nombró heredero universal a su buen amigo Don Carlos García de Tejada y Abaurrea “en atención al grande aprecio que le había mostrado, a la lealtad nunca desmentida y la adhesión que había tenido constantemente a su persona, y a su noble comportamiento en la guerra de África en donde fue herido en un muslo peleando valerosamente en la gloriosa acción de los Castillejos el día primero de enero de mil ochocientos sesenta”.

 Empecé a buscar información sobre su vida y obras y , husmeando por aquí y por allá, bueno más por allá que por aquí, he conseguido satisfacer mi curiosidad por este ilustre personaje sobre quien, a pesar de haber estado vinculado casi toda su vida a Alcalá, su conocimiento en esta Ciudad es tan corto como la pequeña y arrinconada calle que lleva su nombre en el barrio de las Casas de Forjas.(1)


En primer lugar hay que dejar claro que el Marqués de Morante no nació Marqués. El referido título de Castilla le fue concedido por Real Decreto de 17-11-1848 “ante los méritos y circunstancia que concurren en Vos y los servicios prestados por vuestro difunto padre” y, claro está, a cambio del pago de 32.000 reales como impuesto especial y 1.314 reales más por derechos de expedición.
Había nacido en la ciudad de México el 6-9-1808, dentro de una familia de hacendados mejicanos oriundos de las “montañas de Santander, provincia de Liébana y obispado de Palencia” , que se perpetuaron en Nueva España y tuvieron gran influencia en los comienzos de la independencia de México.
Ha muerto pues relativamente joven, antes de cumplir los sesenta años, pero "tras una larga y penosa enfermedad" ( ya en aquellos años la prensa usaba esta muletilla).

Su salud siempre fue delicada. Por "el mal estado de su salud" ya en 1854 hubo de renunciar a su puesto en el Tribunal Contencioso Administrativo y por el mismo motivo en setiembre de 1856 dejó el cargo de Ministro del Tribunal Supremo. Probablemente el momento en que su enfermedad le jugó la peor pasada tuvo lugar mientras trataba de explicar en el Senado la enmienda que había presentado, para defender sus derechos sobre las aguas del Henares como propietario que era de la Finca y Molino de La Esgarabita, ante la amenaza que podía suponer para la misma la continuación de la construcción del Canal del Henares; apenas iniciada su intervención tuvo que interrumpirla: "el mal estado de mi salud no me permite continuar.. y por consiguiente he concluido".(2)
El 6 de enero del mismo año de su muerte tiene aun fuerzas para asistir formando parte de la diputación enviada por el Senado a la tradicional felicitación a la Reina. El 16 de abril acude al despacho del Notario Vicente Castañeda para añadir un Codicilo a su último testamento otorgado ante el mismo Notario, y él mismo se considera en buen estado: "hallándome algo enfermo, aunque no de gravedad por la misericordia divina, pues puedo salir a este acto y vengo con plenas facultades ."
Pero llegado junio su proceso se agrava y ya trasciende a la prensa. El Diario Monárquico La Esperanza el día 17 señalaba "Con sentimiento hemos sabido que ayer tarde se ha administrado el Viático al Sr. Marques de Morante". Y desde una línea política diferente el Diario Liberal La Nueva Iberia informaba el día 19 que "se halla gravemente enfermo y ha sido sacramentado el Sr. Marques de Morante, cuya serenidad e integridad de facultades es tanta que, según nuestras noticias, ni guarda cama ni deja de ocuparse de cuanto en su situación crítica le interesa"

Estado actual de la casa donde murió el Marqués

El periódico liberal estaba bien informado pues el día 17, un día después de que el Párroco de San José le diera los Santos Oleos, hizo venir al Notario Don Pablo de la Lastra "quien se constituyó en la casa de Don Joaquín Gómez de la Cortina, el cual en plenas facultades mentales y ante testigos" efectuó las postreras modificaciones y precisiones que debían incorporarse a su testamento en un nuevo Codicilo.

Por fin, en una tarde calurosa , al mismo tiempo que se extinguía la luz del día 19 y viendo por última vez la fachada del Hospicio de San Fernando, que nunca fue de su agrado (3) dada su formación y gusto por la cultura clásica, falleció más sólo de lo que se merecía.
Ahora yace sobre su cama en espera de que se cumpla lo que tiene dispuesto: "que se amortaje el cadáver con la Toga de Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, con la medalla, y la borla y la muceta o capirote, insignias de Doctor en ambos Derechos por la Universidad de Alcalá de Henares, ahora trasladada a Madrid" y "se embalsame y sea enterrado al lado de mi bueno y amado padre en la Capilla que tiene mi familia en la Parroquia de Salarzón, Partido de Potes, por el mucho y desinteresado amor que le profeso aun más allá del sepulcro"(4)
Ya ha dado las órdenes oportunas su amigo desde la época de la Universidad de Alcalá y también albacea Victoriano Mariño, quien ahora descansa en uno de los sillones de la sala principal de la Biblioteca, la famosa biblioteca del Marques de Morante, que se extiende por todo el ala que da a la calle de San Mateo y contiene mas de 28.000 volúmenes, todos de gran valor bibliográfico (5).Tras una ligera mirada a las repletas estanterías tiene el presentimiento de la poca vida que previsiblemene le queda a esta magna obra, una vez desaparecido su fundador. Un criado le indica que le están esperando en el despacho del Sr. Marques.

 Allí se encuentran ya los otros albaceas testamentarios, Victorio Fernández Lascoiti, Miguel Díaz y Díaz, Carlos García de Tejada, y el joven Adolfo Chabat y Puigsegur. El notario Don Vicente Blanco Vaamonde, como sustituto de Don Vicente Castañeda ante quien el Sr. Marques formalizó su testamento, va a proceder a dar lectura del testamento con las memorias agregadas de puño y letra por el fallecido, así como de los dos codicilos luego incorporados
Había empezado el reparto de los cuantiosos bienes del difunto Joaquín Gómez de la Cortina..El Señor Marques de Morante ya no era sino un cadáver, que sería respetuosamente velado hasta su traslado al lugar de enterramiento.

===================================================
(1) Es preciso mencionar aquí el entusiasta y documentado articulo de Vicente Sánchez Moltó (Diario de Alcalá 12/12/2000) y el capítulo que, en su último libro “Otras historias de Alcalá”, dedica al Marqués mi antiguo ,y siempre amigo, prolífico escritor, y siempre interesante, Arsenio Lope Huerta.
(2) Diario de las Sesiones de las Cortes - Senado- Sesión del martes 6 de junio de 1865, pag. 930
(3) Opinión que compartía con su amigo R. Mesonero Romanos, quien, mucho más radical, llegó a decir de tal edificio "con el mal gusto del corruptor don Pedro de Rivera, en especial, en su estrambótica portada, que es el non plus de la estravagancia", en Manual de Madrid-1.933-, pag. 180.
(4) Esta última y rotunda frase impresiona y trae reminiscencias de Zorrilla
(5) El Marqués los recopiló en su "Catalogus librorum Doctoris D. Joach. Gomez de la Cortina, March. de Morante, qui in aedibus suis exstant", del que editó ocho tomos, el primero en 1854 y el octavo y último en 1862, todos impresos por Eusebio Aguado. De este Catalogus sólo se imprimieron 500 ejemplares, que el Marques no los puso a la venta; los regalaba a amigos y Bibliotecas de España y del extranjero.

===========================================

martes, 9 de noviembre de 2010

Habiendo fallecido en el día de ayer el Sr. Marques de Morante...( y 2 )

El diario liberal La Nueva Iberia del domingo 21 daba la noticia de este fallecimiento y añadía: "Aunque este caballero no pertenecía a nuestra comunión política, no podemos ocultar el sentimiento que nos produce esta desgracia. Amante de las ciencias y de las letras que cultivó con gloria, el marqués difunto era universalmente estimado por las prendas de su carácter. ¡Dios le haya otorgado eterno reposo"
Por su parte El Imparcial del día siguiente daba cuenta de que "el cadáver del señor Marqués de Morante, que fue embalsamado ayer, será trasladado a la provincia de Santander, donde el ilustre finado tenía una posesión y panteón de familia". Seguía diciendo: " deja una cuantiosa fortuna y una biblioteca rica por el número y escelencia de sus volúmenes".

Iglesia de Salarzón (Cantabria)
En esto estaban bien informados, pero no en lo que añadieron de que "esta biblioteca y la casa que habitaba parece, según hemos oído, la deja en su testamento a la Universidad Central". Afirmación totalmente equivocada.

En base a informaciones también erróneas , este mismo diario decía en su edición del día 23 "el señor Marques de Morante, según hemos sabido hoy, deja cuarenta mil duros de mandas a diferentes personas, entre ellas al Sr. Lascoiti y al Señor Mariño Secretario de la Universidad. La posesión de La Esgarabita en Alcalá queda en usufructo al secretario de la Universidad y a otro amigo suyo; y a los pobres de Alcalá la propiedad de esta finca cuando mueran sus actuales usufructuarios"   En verdad los pobres de Alcalá no estuvieron en la amplia lista de pobres beneficiados con su testamento (6)

Merece la pena cerrar este artículo dando a conocer la emotiva y doliente nota que en ese mismo ejemplar de El Imparcial publicó el Catedrático de la Universidad Don Lázaro Bardón :

"¡Vae mihi quia tacui! No debo ni puedo callar..España ya no es madre patria ni podemos aspirar los que nacimos aquí a otro título que al de hijastros y espúreos...Muchas pruebas podría aducir en corroboración de mi aserto, pero basta la siguiente. Anteayer falleció el muy conocido y popular Don Joaquín Gómez de la Cortina, Marqués de Morante, consejero que fue de instrucción pública y senador del Reino."

"Ayer a las doce de la mañana estaba su cadáver encerrado en una caja clavada, sobre el suelo desnudo del patio cubierto de su casa de la calle de Fuencarral, en medio de cuatro hachas de cera encendidas y sin más acompañamiento que tres niños, el del portero y dos más, que, cruzaditos de brazos y sentaditos sobre un banco, contemplaban con ojo asustados y en religioso silencio los tristes restos de su antiguo bienhechor."

"A las seis de la tarde se deslizaba por delante de la Universidad, desde la calle de la Palma y casa mortuoria, en dirección al ferrocarril del Norte, el carro fúnebre, con el pobre cortejo de algunos testamentarios, tres profesores que por dicha lo supieron a tiempo, los criados de la casa y algunos operarios de los muchos que han comido su pan. Las puertas férreas de la Central, obra del difunto Marqués, temblaron al ver el féretro del autor de sus días, por cuyo aviso salió el portero a informarse; y así concluyó la ceremonia"
"¿Qué esplicación puede darse a esta general indiferencia y apatía?¿Es que no merecía más el difunto? Pocos hombres habrá en España que hayan disfrutado en vida más justa celebridad."

" El Marqués de Morante, poseedor de gran fortuna, jamás abusó de ella; al contrario, durante toda su vida fue constante y verdadero padre de los pobres y desvalidos; y aún es fama que le guió el mismo espíritu al otorgar su testamento. Fue alumno muy distinguido en la antigua Universidad de Alcalá. Fue allí mismo Catedrático de grande aceptación, y más tarde Rector muy querido de profesores y estudiantes. Magistrado por muchos años en la audiencia de Madrid y en el Tribunal supremo de Justicia jamás faltó a la rectitud, y renunció siempre en favor del Estado los sueldos que le correspondían por el desempeño de aquellos cargos. Buscado para Rector de la Universidad Central en circunstancias difíciles y apuradas, supo restablecer el orden y calmar las pasiones agitadas. Escusado será decir que también en esta ocasión consumió su sueldo de rector en pagos de matrículas a estudiantes pobres y premios estraordinarios a la aplicación y mérito de los sobresalientes."

"El Marqués de Morante deseoso de aclimatar en España los adelantos científicos y cultura de los estranjeros, pasó la vida adquiriendo a toda costa libros y más libros preciosos, logrando formar una biblioteca tan selecta y copiosa con su catálogo impreso, que bien puede calificarse de notable entre las primeras del mundo. su entusiasmo por las glorias nacionales no reconocía límites; y entre mil hechos que pudiera citar en su confirmación, sólo recordaré el tan público de la traslación de las cenizas del Cardenal Cisneros, función costeada por el Marqués de Morante, cuya generosidad llegó hasta el punto de llevar en coches de su casa, para mayor solemnidad, al gobierno, y muchas notabilidades de Madrid, obsequiarlos allí con una mesa de Estado, y volverlos a la capital, coronando la fiesta con hacer imprimir la historia de este suceso(7)."

"Hace pocos meses, como si presintiera que se acercaba su hora, publicó a sus expensas un escelente diccionario latino-español, que se apresuró a regalar a todos los que creyó pudiera reportar alguna utilidad. Madrid entero admiró no ha muchos años el magnífico sepulcro de hierro, producto de la industria española, que hizo fabricar para encerrar en él las queridas cenizas de su padre el Conde de la Cortina"

" Del Marqués de Morante puede afirmarse lo que Plutarco afirma de Pericles: Después de haber hecho mucho bien en el mundo, baja al sepulcro sin haber dado ocasión a que nadie vertiera una lágrima; sin que jamás nadie haya vestido luto por su causa ¡Dichoso el mortal que así acaba!. Y ha preferido el desierto de las montañas de Santander para descanso a sus huesos. En esto probó conocer perfectamente la corte y los cortesanos."

"Es verdad que nunca fue republicano, ni demócrata, ni progresista rabioso, ni moderado cangrejo, ni absolutista furibundo; ni fue tampoco fanático, ni neo, ni racionalista; se contentó con ser buen repúblico, buen ciudadano, y cristiano viejo a secas; así es que a pesar de su ilustración, le vemos desaparecer de entre nosotros a la manera que desaparecen de la atmósfera los meteoros; estos y aquel se van sin ruido, y nosotros nos quedamos a oscuras"
                                                                S.E.T.L. In Memoriam
===================================================
(6) Sus disposiciones testamentarias merecen mayor detenimiento y un artículo especial
(7) Esteban Azaña en su Historia, pagina 323 del Libro II, después de relatar los hechos de aquel jubiloso 27 de abril de 1857, consigna que "a nadie más que al Marqués de Morante fueron debidos la pompa y magnificencia desplegadas en la inhumación de Cisneros"

lunes, 8 de noviembre de 2010

Los habitantes de la casa recién pintada


En verdad que ha quedado curosa, al menos en lo que se ve. Me refiero al edificio que fue Hospital de Estudiantes  en la ciudad de Alcalá de Henares y que parece que al fin consolidará la denominación de Palacio del Marqués de Morante, con exclusión de otros nombres de menor peso histórico, haciendo ya caso a los argumentos del siempre bien documentado historiador local Vicente Sánchez Moltó (Diario de Alcalá 12-12-2000). Así es llamado en el recién inaugurado Centro de Interpretación del Burgo de Santiuste y es de esperar que así se le conozca ya siempre en el futuro.

Hasta 1.844

El primer destino conocido de este edificio fue el de hospital de estudiantes pobres, pues para tal fin hizo donación al Colegio y Universidad de San Ildefonso el Maestro Juan de Angulo, Racionero de San Justo y Cura del Colegio de San Eugenio, por escritura otorgada el 16-8- 1540.

En el año 1841, siendo Rector de la recién creada Universidad Literaria de Madrid precisamente don Joaquín Gómez de la Cortina (quien sería después Marqués de Morante) ante la falta de fondos para arreglar el viejo edificio de Noviciado de los Jesuitas en la calle de San Bernardo, sede de la nueva Universidad, se pidió autorización para enajenar en pública subasta los edificios y fincas que dicha Universidad tenía en propiedad en Alcalá. Obtenida la autorización, se tasaron diferentes fincas, cuya venta se anunció por los medios de costumbre, entre ellas la que servía de Hospital de estudiantes fuera de la Puerta de Santiago, con una superficie de 38.640 pies cuadrados al que agregados 1.440 de un callejón al mediodía, totalizaban 40.080 pies superficiales que contenían el edificio con su iglesia, jardín, huerta, noria y pozo; gozando de dos reales de agua de una cañería de la ciudad. Se anunció su enajenación pública repetidas veces, sin que se presentara postor.

Estando en tal estado, Constantino García Angulo, descendiente y sucesor del Maestro Angulo y poseedor de su Mayorazgo, reclamó la propiedad de dicho edificio, en base a la cláusula de reversión por haber cesado el destino dado por el fundador,. Como la reclamación tenía cierto fundamento, se llegó a una transacción, dando al reclamante una casa que el Gobierno tenía en Ajalvir y que también había sido de la Universidad.

De 1.844 a 1868

En esta situación Don Joaquín Gómez de la Cortina, recién llegado de México con dinero fresco y abundante por la herencia de su padre ( Don Vicente había fallecido en su finca de Fuentes de Duero el 3-4-1842) propuso adquirir dicho Hospital por 40.000 reales de vellón. Pareció que este dinero sería muy útil para atender las considerables obras necesarias en el edificio de Noviciado, por lo que se elevó propuesta favorable al Gobierno y el 19-10-1844 se escrituraba en ese precio la venta y enajenación perpetua del edificio en favor de Don Joaquin Gómez de la Cortina.

Al reformar la fachada le molestaba "el edificio destinado a pajar y cámara sito en Plazuela de Santiago a mano derecha según se sale de la ciudad y contiguo a la fachada" de su finca, por lo que Don Joaquin requirió a Rosa Guinea, heredera de Jimena de la Calzada , los títulos del edificio. Por los documentos aportados se vio que aquel terreno había sido vendido en 1692 por el referido Hospital. Tras los informes de los arquitectos, ambas partes firmaron un Convenio el 13-4-1846 por el que se reconocían las servidumbres mutuas de medianería permitiendo a Don Joaquín abrir huecos sobre el pajar siguiendo el resto de la fachada.

El 28-7-1846 amplía la extensión de la finca al comprar a Ángel Juste un corral de 140 metros cuadrados situado al fondo y lindante con el Colegio del Rey; y, para dotarla de más agua, añade, a los dos reales de agua que ya tenía, un cuartillo de real del viaje de Villamalea que el 4 de julio del mismo año adquiere a Antonio Vázquez, y medio real más del mismo viaje comprado al Sr. Juste junto con el corral.

Para disponer de una casa auxiliar compra a Jose Matilla el 9-7-1850 la finca número cuatro de la calle de Nebrija, con lo que logra un mayor acceso por esa calle, pues esta casa linda precisamente con el callejón al mediodía, que ya le permitía paso directo desde dicha calle Nebrija.

El Marqués usa esta finca como residencia durante sus estancias en esta Ciudad, a la que se sentía vinculado, no solo por su afecto a la vieja Universidad en la que fue uno de los últimos estudiantes y profesores, sino como propietario del Molino de la Esgaravita, que su padre había comprado en 1822 y que él heredó . Los detalles del interior de este Palacio o, según él la llamaba, casa de recreo para él y sus amigos, están descritos en la escritura de adjudicación de los bienes dejados a su muerte; se computaron 139 cuadros valorados en 6.430 pesetas y los muebles y enseres se estimaron entonces en 4.861,25 pesetas.

De 1.868 a 1.872

A la muerte de Don Joaquín Gómez de la Cortina en 1868, esta casa recreo con todos sus enseres y pertenencias, se adjudicó a su heredero universal y segundo Marqués de Morante, don Carlos García de Tejada y Abaurrea, quien no era descendiente del Marqués, pues no los tenía. Como él dejó dicho "soy soltero y no he tenido ni tengo compromiso alguno, ni celebrado esponsales de futuro, y por consiguiente carezco de descendencia legítima e ilegítima, sin que nadie pueda titularse hijo mio natural". La única vinculación era la de ser primo de la mujer del hermano mayor del Marqués, José Justo Gómez de la Cortina.

El nuevo Marques de Morante pertenecía al linaje sevillano de los García de Tejada y en esas fechas estaba casado con la granadina María de las Mercedes de Heredia y Zafra, marquesa de los Arenales. Había sido Oficial del Arma de Caballería, distinguiéndose en la Batalla de los Castillejos el 1-1-1860 donde fue herido y por cuya acción obtuvo la Cruz de 1ª de San Fernando; y tras cinco años como Caballerizo de Campo de la Reina, en 1865 se había retirado de la vida militar.

Don Carlos efectuó algunas reformas para adaptar el Palacio a las necesidades de su numerosa familia, pues su mujer tenía cuatro hijos, aún menores de edad, de su primer matrimonio con el segundo hijo del Duque de Alburquerque y Conde de la Corzana Don Joaquín Pérez-Osorio y Silva-Bazán, quien había fallecido el 25-4-1857 (1). 

La descripción que, tras la muerte de Don Carlos, se hace de la finca al efectuar su testamentaría detalla en el piso alto: la habitación de la señora Marquesa con chimenea, cuarto de huéspedes y cuarto de criadas, y en el piso bajo: la habitación del Señor Marqués con chimenea , una alcoba, comedor, gabinete, alcoba de verano, la alcoba de la señorita y la alcoba de los señoritos.

La salud mental de Don Carlos se deterioró y a mediados del año 1872 fue incapacitado judicialmente por enajenación mental; el 2 de diciembre de dicho año murió en su casa de la calle de Fuencarral de Madrid., a la edad de 39 años.

De 1.872 a 1876

Por el testamento otorgado el 19-5-1871 Don Carlos legó a su hija política María Monserrat Osorio y Heredia en propiedad plena la casa Palacio heredada del anterior Marqués, con todos los efectos, enseres y existencias , comprendiendo la casita accesoria (la casa nº 4 de la calle Nebrija). En 9-4-1873, la señorita Osorio, representada por su madre pues tenía sólo 17 años recién cumplidos, entrega esta finca en concepto de "dote estimada" a su futuro esposo Don Pedro de Alcántara Carbajal y Fernández de Córdoba, hijo del Duque de Abrantes, y Marqués de Navamorcuende,. En la misma fecha el prometido constituyó hipoteca legal sobre esta finca a favor de su futura esposa para responder por la dote hecha a su favor, por valor de 50.000 pesetas. La boda se celebró cinco días después, el 14 de abril.

Durante el tiempo que disfrutaron del uso de esta casa Palacio, es decir, hasta Setiembre de 1.876 nacieron sus hijas Mª de las Mercedes (quien heredaría el marquesado de Navamorcuende) y Mº Angeles (fallecida en 1884 con sólo 9 años). Realmente no fueron muy afortunados, pues de los cuatro hijos nacidos seguidamente, tres de ellos murieron también antes de llegar a los diez años de edad.

De 1.876 a 1.881

En la primavera de 1876 Don Pedro de Carvajal y Don Abelardo de Carlos y Almansa, propietario fundador de La Ilustración Americana y Española, entre otras publicaciones, contactan con la intención de efectuar la compraventa de la casa palacio. En mayo de ese año se solicita autorización judicial por ser menor de edad la esposa beneficiaria de la hipoteca legal. A pesar de obtenerse la autorización hubo problemas y dificultades para cancelar la hipoteca.

En vista de de ello, los marqueses de Navamorcuende por una parte y Don Abelardo por la otra el 29-9-1876 otorgaron escritura de Promesa de Venta a favor del señor De Carlos, estipulándose entre otras: que se formalizaría la venta entre el 13 y el 31 de diciembre de 1880, una vez la esposa alcanzase la mayoría de edad , que el precio sería de 60.500 pesetas ( 20.000 entregadas entonces y el resto al escriturarse la venta) y que el futuro adquirente disfrutaría de la casa desde entonces.

Así pues desde ese momento la familia De Carlos tuvo el uso y disfrute del Palacio. ¿Qué movió al señor De Carlos a invertir en una casa de recreo en Alcalá? Sus seis hijos ya eran mayores, algunos incluso casados, y a él, empresario siempre inquieto y trabajador incansable, le exasperaban las vacaciones y descansos.

 Pero su mujer Dolores Hierro, con la que llevaba casado desde 1847, padecía una grave y dolorosa enfermedad y la casa de Alcalá, lejos del agobio de la Corte, podría ayudar a mejorar su salud. Así se lo debió recomendar el que fuera varias veces Diputado por el Distrito de Alcalá Román Goicoerrotea, quien había trabajado con él en los primeros años de La Ilustración como Director Literario y que conocía bien el edificio por haber sido amigo del primer Marques de Morante (escribió el Prólogo del Tomo VIII del Catalogus Librorum del Marques). Lamentablemente Doña Dolores falleció al poco tiempo siendo enterrada en Madrid el 20-11-1878. Después de este hecho doloroso Don Abelardo decidió desprenderse de la casa con la mayor rapidez posible y sin tener en cuenta el resultado económico.

En 31-12-1.880, cumplida la mayoría de edad de la esposa se formaliza la venta, por el precio de 40.500 pesetas valor del edificio y 20.000 pesetas por los muebles, cuadros y efectos contenidos.

Desde 1881 a 1.898

El 22 de enero de 1881, Don Abelardo vende la finca a Don Jose Gerónimo Moreno y Molina, por 41.250 pesetas. Como se ve esta rápida venta le supuso una pérdida de casi 20.000 pesetas, pues compra el 31-12-1880 por 60.500 pesetas y la vende al mes siguiente por 41.250 pesetas.

Aunque nacido en Almagro, el señor Moreno era un vecino muy arraigado en Alcalá y de los más ricos; sus propiedades agrícolas y terrenos eran abundantes no sólo en el término de Alcalá sino en otros municipios del Partido; y financió muchas operaciones de esa época como por ejemplo la construcción del Circulo de Contribuyentes y en parte la compra de los terrenos y posterior edificación del Teatro Salón Cervantes.

En 1876 había enviudado de su anterior mujer Doña Irene Martinez de Aragón y Gamboa, con la que no tuvo descendencia. Casado en segundas nupcias con Doña Concepción Azaña y Garrido, el matrimonio instala su residencia en esta casa. De los varios hijos que tuvieron sólo sobrevivió su hija Antonia, que nació en la ya conocida en la Ciudad como "casa Moreno" el 5-2-1883.

Desde 1.898

Fallecido el Señor Moreno el 21-7-1898, esta finca se adjudicó en nuda propiedad a su hija y única heredera Doña Antonia Moreno Azaña y en usufructo vitalicio a la viuda Doña Concepción Azaña Garrido, usufructo que queda sin efecto el 2 de abril de 1902 por muerte de ésta.

Al protocolizar la testamentaría de su madre, consta ya Antonia Moreno como casada con el joven abogado Miguel Atilano Casado y Moreno. Este había nacido en Don Benito (Badajoz) en 1877 y, tras cursar algunas asignaturas de Filosofía y Letras, obtuvo la Licenciatura en Derecho por la Universidad Central en 1898. Tuvo destacada participación en la vida alcalaína desde la Sociedad de Condueños a la Sociedad de Labradores, fue Decano de su Colegio de Abogados y, como miembro del Partido Conservador, Diputado por Alcalá en 1914 y 1920 y Gobernador por breve tiempo de Zamora. Incluso fue galardonado en 1923 con la Gran Cruz del Mérito Militar cuando era Ministro de la Guerra Niceto Alcalá-Zamora. Falleció el 5-3-1952.


El matrimonio Casado-Moreno tuvo dos hijos varones. Julio Atilano nacido en 1904 fue abogado y teniente jurídico militar, y murió soltero el 7-7-1945, siendo Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Alcalá. Su otro hijo José, también abogado, fiscal y juez, heredó esta finca a la muerte de su madre Doña Antonia, ocurrida el 16-9-1971.

Posteriormente, al fallecimiento de don José Casado Moreno pasó a ser propiedad de sus hijos y herederos Don Jose, Don Eduardo y Don Miguel Casado Martín de la Cámara., quienes años después la transfieren al Ayuntamiento de la Ciudad.

                              ----------------------------------------------------------------

(1)  Su muerte tuvo lugar en un oscuro incidente en el Palacio Real. Parece ser que, estando la reina Isabel II en su cámara con su amante  Enrique Puigmoltó, el rey , acompañado por el general Urbiztondo, pretendió entrar en dicha habitación. A ello se opusieron el  general Narvaez y su ayudante el entonces Marqués de los Arenales Joaquín Pérez Osorio. La bronca subió de tono y  Urbiztondo y el de los Arenales tiraron de espadas y se atravesaron recíprocamente, quedando muerto en el acto Urbiztondo y falleciendo a las pocas horas Joaquín Pérez Osorio.