lunes, 8 de noviembre de 2010

Los habitantes de la casa recién pintada


En verdad que ha quedado curosa, al menos en lo que se ve. Me refiero al edificio que fue Hospital de Estudiantes  en la ciudad de Alcalá de Henares y que parece que al fin consolidará la denominación de Palacio del Marqués de Morante, con exclusión de otros nombres de menor peso histórico, haciendo ya caso a los argumentos del siempre bien documentado historiador local Vicente Sánchez Moltó (Diario de Alcalá 12-12-2000). Así es llamado en el recién inaugurado Centro de Interpretación del Burgo de Santiuste y es de esperar que así se le conozca ya siempre en el futuro.

Hasta 1.844

El primer destino conocido de este edificio fue el de hospital de estudiantes pobres, pues para tal fin hizo donación al Colegio y Universidad de San Ildefonso el Maestro Juan de Angulo, Racionero de San Justo y Cura del Colegio de San Eugenio, por escritura otorgada el 16-8- 1540.

En el año 1841, siendo Rector de la recién creada Universidad Literaria de Madrid precisamente don Joaquín Gómez de la Cortina (quien sería después Marqués de Morante) ante la falta de fondos para arreglar el viejo edificio de Noviciado de los Jesuitas en la calle de San Bernardo, sede de la nueva Universidad, se pidió autorización para enajenar en pública subasta los edificios y fincas que dicha Universidad tenía en propiedad en Alcalá. Obtenida la autorización, se tasaron diferentes fincas, cuya venta se anunció por los medios de costumbre, entre ellas la que servía de Hospital de estudiantes fuera de la Puerta de Santiago, con una superficie de 38.640 pies cuadrados al que agregados 1.440 de un callejón al mediodía, totalizaban 40.080 pies superficiales que contenían el edificio con su iglesia, jardín, huerta, noria y pozo; gozando de dos reales de agua de una cañería de la ciudad. Se anunció su enajenación pública repetidas veces, sin que se presentara postor.

Estando en tal estado, Constantino García Angulo, descendiente y sucesor del Maestro Angulo y poseedor de su Mayorazgo, reclamó la propiedad de dicho edificio, en base a la cláusula de reversión por haber cesado el destino dado por el fundador,. Como la reclamación tenía cierto fundamento, se llegó a una transacción, dando al reclamante una casa que el Gobierno tenía en Ajalvir y que también había sido de la Universidad.

De 1.844 a 1868

En esta situación Don Joaquín Gómez de la Cortina, recién llegado de México con dinero fresco y abundante por la herencia de su padre ( Don Vicente había fallecido en su finca de Fuentes de Duero el 3-4-1842) propuso adquirir dicho Hospital por 40.000 reales de vellón. Pareció que este dinero sería muy útil para atender las considerables obras necesarias en el edificio de Noviciado, por lo que se elevó propuesta favorable al Gobierno y el 19-10-1844 se escrituraba en ese precio la venta y enajenación perpetua del edificio en favor de Don Joaquin Gómez de la Cortina.

Al reformar la fachada le molestaba "el edificio destinado a pajar y cámara sito en Plazuela de Santiago a mano derecha según se sale de la ciudad y contiguo a la fachada" de su finca, por lo que Don Joaquin requirió a Rosa Guinea, heredera de Jimena de la Calzada , los títulos del edificio. Por los documentos aportados se vio que aquel terreno había sido vendido en 1692 por el referido Hospital. Tras los informes de los arquitectos, ambas partes firmaron un Convenio el 13-4-1846 por el que se reconocían las servidumbres mutuas de medianería permitiendo a Don Joaquín abrir huecos sobre el pajar siguiendo el resto de la fachada.

El 28-7-1846 amplía la extensión de la finca al comprar a Ángel Juste un corral de 140 metros cuadrados situado al fondo y lindante con el Colegio del Rey; y, para dotarla de más agua, añade, a los dos reales de agua que ya tenía, un cuartillo de real del viaje de Villamalea que el 4 de julio del mismo año adquiere a Antonio Vázquez, y medio real más del mismo viaje comprado al Sr. Juste junto con el corral.

Para disponer de una casa auxiliar compra a Jose Matilla el 9-7-1850 la finca número cuatro de la calle de Nebrija, con lo que logra un mayor acceso por esa calle, pues esta casa linda precisamente con el callejón al mediodía, que ya le permitía paso directo desde dicha calle Nebrija.

El Marqués usa esta finca como residencia durante sus estancias en esta Ciudad, a la que se sentía vinculado, no solo por su afecto a la vieja Universidad en la que fue uno de los últimos estudiantes y profesores, sino como propietario del Molino de la Esgaravita, que su padre había comprado en 1822 y que él heredó . Los detalles del interior de este Palacio o, según él la llamaba, casa de recreo para él y sus amigos, están descritos en la escritura de adjudicación de los bienes dejados a su muerte; se computaron 139 cuadros valorados en 6.430 pesetas y los muebles y enseres se estimaron entonces en 4.861,25 pesetas.

De 1.868 a 1.872

A la muerte de Don Joaquín Gómez de la Cortina en 1868, esta casa recreo con todos sus enseres y pertenencias, se adjudicó a su heredero universal y segundo Marqués de Morante, don Carlos García de Tejada y Abaurrea, quien no era descendiente del Marqués, pues no los tenía. Como él dejó dicho "soy soltero y no he tenido ni tengo compromiso alguno, ni celebrado esponsales de futuro, y por consiguiente carezco de descendencia legítima e ilegítima, sin que nadie pueda titularse hijo mio natural". La única vinculación era la de ser primo de la mujer del hermano mayor del Marqués, José Justo Gómez de la Cortina.

El nuevo Marques de Morante pertenecía al linaje sevillano de los García de Tejada y en esas fechas estaba casado con la granadina María de las Mercedes de Heredia y Zafra, marquesa de los Arenales. Había sido Oficial del Arma de Caballería, distinguiéndose en la Batalla de los Castillejos el 1-1-1860 donde fue herido y por cuya acción obtuvo la Cruz de 1ª de San Fernando; y tras cinco años como Caballerizo de Campo de la Reina, en 1865 se había retirado de la vida militar.

Don Carlos efectuó algunas reformas para adaptar el Palacio a las necesidades de su numerosa familia, pues su mujer tenía cuatro hijos, aún menores de edad, de su primer matrimonio con el segundo hijo del Duque de Alburquerque y Conde de la Corzana Don Joaquín Pérez-Osorio y Silva-Bazán, quien había fallecido el 25-4-1857 (1). 

La descripción que, tras la muerte de Don Carlos, se hace de la finca al efectuar su testamentaría detalla en el piso alto: la habitación de la señora Marquesa con chimenea, cuarto de huéspedes y cuarto de criadas, y en el piso bajo: la habitación del Señor Marqués con chimenea , una alcoba, comedor, gabinete, alcoba de verano, la alcoba de la señorita y la alcoba de los señoritos.

La salud mental de Don Carlos se deterioró y a mediados del año 1872 fue incapacitado judicialmente por enajenación mental; el 2 de diciembre de dicho año murió en su casa de la calle de Fuencarral de Madrid., a la edad de 39 años.

De 1.872 a 1876

Por el testamento otorgado el 19-5-1871 Don Carlos legó a su hija política María Monserrat Osorio y Heredia en propiedad plena la casa Palacio heredada del anterior Marqués, con todos los efectos, enseres y existencias , comprendiendo la casita accesoria (la casa nº 4 de la calle Nebrija). En 9-4-1873, la señorita Osorio, representada por su madre pues tenía sólo 17 años recién cumplidos, entrega esta finca en concepto de "dote estimada" a su futuro esposo Don Pedro de Alcántara Carbajal y Fernández de Córdoba, hijo del Duque de Abrantes, y Marqués de Navamorcuende,. En la misma fecha el prometido constituyó hipoteca legal sobre esta finca a favor de su futura esposa para responder por la dote hecha a su favor, por valor de 50.000 pesetas. La boda se celebró cinco días después, el 14 de abril.

Durante el tiempo que disfrutaron del uso de esta casa Palacio, es decir, hasta Setiembre de 1.876 nacieron sus hijas Mª de las Mercedes (quien heredaría el marquesado de Navamorcuende) y Mº Angeles (fallecida en 1884 con sólo 9 años). Realmente no fueron muy afortunados, pues de los cuatro hijos nacidos seguidamente, tres de ellos murieron también antes de llegar a los diez años de edad.

De 1.876 a 1.881

En la primavera de 1876 Don Pedro de Carvajal y Don Abelardo de Carlos y Almansa, propietario fundador de La Ilustración Americana y Española, entre otras publicaciones, contactan con la intención de efectuar la compraventa de la casa palacio. En mayo de ese año se solicita autorización judicial por ser menor de edad la esposa beneficiaria de la hipoteca legal. A pesar de obtenerse la autorización hubo problemas y dificultades para cancelar la hipoteca.

En vista de de ello, los marqueses de Navamorcuende por una parte y Don Abelardo por la otra el 29-9-1876 otorgaron escritura de Promesa de Venta a favor del señor De Carlos, estipulándose entre otras: que se formalizaría la venta entre el 13 y el 31 de diciembre de 1880, una vez la esposa alcanzase la mayoría de edad , que el precio sería de 60.500 pesetas ( 20.000 entregadas entonces y el resto al escriturarse la venta) y que el futuro adquirente disfrutaría de la casa desde entonces.

Así pues desde ese momento la familia De Carlos tuvo el uso y disfrute del Palacio. ¿Qué movió al señor De Carlos a invertir en una casa de recreo en Alcalá? Sus seis hijos ya eran mayores, algunos incluso casados, y a él, empresario siempre inquieto y trabajador incansable, le exasperaban las vacaciones y descansos.

 Pero su mujer Dolores Hierro, con la que llevaba casado desde 1847, padecía una grave y dolorosa enfermedad y la casa de Alcalá, lejos del agobio de la Corte, podría ayudar a mejorar su salud. Así se lo debió recomendar el que fuera varias veces Diputado por el Distrito de Alcalá Román Goicoerrotea, quien había trabajado con él en los primeros años de La Ilustración como Director Literario y que conocía bien el edificio por haber sido amigo del primer Marques de Morante (escribió el Prólogo del Tomo VIII del Catalogus Librorum del Marques). Lamentablemente Doña Dolores falleció al poco tiempo siendo enterrada en Madrid el 20-11-1878. Después de este hecho doloroso Don Abelardo decidió desprenderse de la casa con la mayor rapidez posible y sin tener en cuenta el resultado económico.

En 31-12-1.880, cumplida la mayoría de edad de la esposa se formaliza la venta, por el precio de 40.500 pesetas valor del edificio y 20.000 pesetas por los muebles, cuadros y efectos contenidos.

Desde 1881 a 1.898

El 22 de enero de 1881, Don Abelardo vende la finca a Don Jose Gerónimo Moreno y Molina, por 41.250 pesetas. Como se ve esta rápida venta le supuso una pérdida de casi 20.000 pesetas, pues compra el 31-12-1880 por 60.500 pesetas y la vende al mes siguiente por 41.250 pesetas.

Aunque nacido en Almagro, el señor Moreno era un vecino muy arraigado en Alcalá y de los más ricos; sus propiedades agrícolas y terrenos eran abundantes no sólo en el término de Alcalá sino en otros municipios del Partido; y financió muchas operaciones de esa época como por ejemplo la construcción del Circulo de Contribuyentes y en parte la compra de los terrenos y posterior edificación del Teatro Salón Cervantes.

En 1876 había enviudado de su anterior mujer Doña Irene Martinez de Aragón y Gamboa, con la que no tuvo descendencia. Casado en segundas nupcias con Doña Concepción Azaña y Garrido, el matrimonio instala su residencia en esta casa. De los varios hijos que tuvieron sólo sobrevivió su hija Antonia, que nació en la ya conocida en la Ciudad como "casa Moreno" el 5-2-1883.

Desde 1.898

Fallecido el Señor Moreno el 21-7-1898, esta finca se adjudicó en nuda propiedad a su hija y única heredera Doña Antonia Moreno Azaña y en usufructo vitalicio a la viuda Doña Concepción Azaña Garrido, usufructo que queda sin efecto el 2 de abril de 1902 por muerte de ésta.

Al protocolizar la testamentaría de su madre, consta ya Antonia Moreno como casada con el joven abogado Miguel Atilano Casado y Moreno. Este había nacido en Don Benito (Badajoz) en 1877 y, tras cursar algunas asignaturas de Filosofía y Letras, obtuvo la Licenciatura en Derecho por la Universidad Central en 1898. Tuvo destacada participación en la vida alcalaína desde la Sociedad de Condueños a la Sociedad de Labradores, fue Decano de su Colegio de Abogados y, como miembro del Partido Conservador, Diputado por Alcalá en 1914 y 1920 y Gobernador por breve tiempo de Zamora. Incluso fue galardonado en 1923 con la Gran Cruz del Mérito Militar cuando era Ministro de la Guerra Niceto Alcalá-Zamora. Falleció el 5-3-1952.


El matrimonio Casado-Moreno tuvo dos hijos varones. Julio Atilano nacido en 1904 fue abogado y teniente jurídico militar, y murió soltero el 7-7-1945, siendo Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Alcalá. Su otro hijo José, también abogado, fiscal y juez, heredó esta finca a la muerte de su madre Doña Antonia, ocurrida el 16-9-1971.

Posteriormente, al fallecimiento de don José Casado Moreno pasó a ser propiedad de sus hijos y herederos Don Jose, Don Eduardo y Don Miguel Casado Martín de la Cámara., quienes años después la transfieren al Ayuntamiento de la Ciudad.

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(1)  Su muerte tuvo lugar en un oscuro incidente en el Palacio Real. Parece ser que, estando la reina Isabel II en su cámara con su amante  Enrique Puigmoltó, el rey , acompañado por el general Urbiztondo, pretendió entrar en dicha habitación. A ello se opusieron el  general Narvaez y su ayudante el entonces Marqués de los Arenales Joaquín Pérez Osorio. La bronca subió de tono y  Urbiztondo y el de los Arenales tiraron de espadas y se atravesaron recíprocamente, quedando muerto en el acto Urbiztondo y falleciendo a las pocas horas Joaquín Pérez Osorio.   

3 comentarios:

  1. Interesante y detallado recorrido histórico, por los avatares y propietarios, que a lo largo de su historia ha tenido el edificio. Este Palacio con regusto a siglo XIX, será la sede ideal para la Colección Madrazo.

    Gracias por arrogar luz sobre la historia de este edificio.

    Gregorio

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  2. Indica que el edificio fue "cambiado" por una casa en Ajalvir que habia sido de la Universidad. ¿Podría ampliarme informacion sobre esta casa de Ajalvir?
    ¿Era la llamada "Casita de la tercia"?

    Gracias

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  3. Conocida por los allegados como "La Casa de la Abuela", era realmente de corte palaciego, con su correspondiente Capilla y con un impresionante salón con magnifico mobiliario y obras de arte que daba a la plaza, hoy llamada, de Atilano Casado.

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