martes, 30 de agosto de 2016

SOBRE LA CASA NÚMERO CUATRO DE LA CALLE DE NEBRIJA, DE ALCALÁ DE HENARES


Me refiero a la casa inmediata al Pasaje del Horno Quemado, hoy con doble numeración (números 4 y 6) por disponer de dos puertas de acceso. Pero es una sola finca o casa que hasta hace pocos años era sólo la número 4 de la Calle de Nebrija, antes del Horno Quemado, y antes de los Gramáticos.

In illo tempore”, que diría un sabiondillo, o “en lo antiguo”, como se decía en los documentos, esta casa perteneció al Colegio Mayor de San Ildefonso. Y en tales manos estuvo desde principio del siglo XVI hasta la desamortización de Godoy, bajo el reinado de Carlos IV, No tengo información de quiénes la habitaron durante ese periodo. Previsiblemente sería personal ligado de una u otra forma al Colegio o Universidad de Alcalá. Durante los años que los sucesores de Brocar tuvieron su imprenta en la casa de al lado, la número 2, quizás esta casa les sirvió de apoyo a su actividad.

En el plano publicado por Gonzalez Navarro figura esta casa, junto a la “casa de la imprenta” como “otra casa del Colegio”. En el documento por el que el Colegio cede una casa para imprenta a Francisca de Angulo, viuda de Juan el hijo de  Arnao Guillen Brocar,  se hacía esta descripción al situarla: “por detrás la cerca de la villa e un callejón que queda entre otra casa del Colegio y esta casa que le dan” (1)

Pues bien, esta casa se enajenó en público remate, el 17 de noviembre de 1798, con arreglo a las órdenes derivadas de la desamortización de Godoy, adjudicándose por la cuantía de 18.180 reales a Don Valentín Gonzalez, quien hizo retrocesión formal de ella en favor de Don Juan de Mata Pérez, presbítero, del Gremio y Claustro de la Real Universidad, el que aceptó y verificó el pago de esta cantidad. A su muerte en junio de 1816, pasó a ser propiedad de su heredero Don Pedro Pérez, vecino de Alovera.

El 31 de octubre de 1817 Don Pedro Pérez vendió la casa,”que linda al mediodía con la calle del Horno Quemado, oriente con casa de Don Angel Juste conocida por el horno quemado, poniente casa de herederos de Don Julián Alarcón, y norte con otra que fué Hospital de Estudiantes”, a Patricio Majuelo de esta ciudad por 13.000 reales, de los que pagó en el acto 3.000 y la demás suma se aplazó.

Pero esta venta se hizo con una curiosa servidumbre, con la condición expresa de “que el indicado Pedro, su mujer Antonina López y su hija Josefa, ya juntos o cada uno de por sí, siempre que vinieren a esta ciudad y les acomodase, habían de poder residir y habitar en la sala, alcoba y cocina altas de dicha casa que están a la derecha conforme se sube la escalera, e igualmente habían de tener entrada libre por el corredor de la indicada sala y la cuadra de la misma casa para poner en ella una o dos caballerías, y en todas las cinco oficinas sin que se les pudiera impedir usar de ellas”.
Patricio Majuelo había comprado a buen precio y con buenas condiciones de pago, pero él y sus hijos , durante los años que vivieron en esta casa, tuvieron el incordio de que a los Pérez de Alovera les diera por venir a Alcalá.

Cuando muere Patricio Majuelo heredan la casa sus hijos Antonino, Valentina y Florentina Majuelo, El 6 de enero de 1847 Cosme Diaz, marido de Valentina y con poder de los otros dos propietarios, vende esta finca a Don José Matilla por sólo 5.000 reales, dado el mal estado de conservación, haciendo constar que ha cesado la servidumbre por haber fallecido ya Pedro Pérez, su mujer y su hija Josefa.

El día 9 de julio de 1.850 Don Joaquín Gómez de la Cortina, Marqués de Morante compró la casa a Don José Matilla,, libre de toda carga y gravámen por once mil reales que le entregó en monedas de oro y plata. Desde 1844 este Marqiés era propietario del edificio que fue Hospital de Estudiantes en la Plazuela de Santiago y que él había convertido en su casa-palacio, donde esporádicamente residía. Esta casa le sería muy útil como casa auxiliar, puesto que lindaba con la zona sur de su jardín y con el callejón de su propiedad por el que tenía salida a la calle Nebrija. Además serviría para que residan en ella quienes atienden la buena marcha de su casa de recreo como eficientes amas de llaves, las hermanas Mariana y Bibiana Mariño y Arroyo, personas de su total confianza, pues son hermanas de su amigo desde la época de estudiante en Alcalá, Victoriano Mariño, Secretario General de la Universidad de Madrid durante gran parte del siglo XIX.

El día 19 de junio de 1868 fallece en su casa del nº 82 de la calle de Fuencarral de Madrid Don Joaquín Gómez de la Cortina y la propiedad de esta casa recae en su heredero Don Carlos García de Tejada y Abaurrea, quien luego sería el segundo Marqués de Morante, pero sólo la mera propiedad, puesto que el usufructo vitalicio lo había legado a sus amigas Doña Bibiana y Doña Mariana Mariño, libres de contribución y de todo gasto de reparación u otro semejante, además de 20.000 reales de una sola vez, “encargándoles me encomienden a Dios”

Al haber premuerto una de las legatarias, Doña Mariana, pues había fallecido el 7 de enero de 1868, se abonó el total metálico dejado, es decir, 20.000 reales a Doña Bibiana, y se le adjudicó el usufructo vitalicio de la casa número cuatro de la calle de Horno Quemado, hoy de Nebrija, libre de todo gasto. Se valoró en 26,000 reales, es decir 6.500 pesetas.

Las medidas y linderos de la casa, de acuerdo con la descripción y mediciones hechos por un tal Juan María Molinero el 14 de febrero de 1872, y que son también las que constan en la inscripción del usufructo efectuada el 11 de abril del mismo año(inscripción 1ª), son:
Casa señalada con el número cuatro de la calle de Horno Quemado, hoy de Nebrija; compuesta de planta baja y principal, con su correspondiente patio; tiene de fachada a la calle de Nebrija diez y seis metros doscientos veintinueve milímetros (16,229 m); la medianería de la derecha mide diez y seis metros ochocientos cincuenta y siete milímetros (16,857 m); la de la izquierda tiene diez y seis metros setecientos diez y ocho milímetros (16,718 m); y la línea de testero que cierra el sitio mide quince metros setecientos cuarenta y un milímetros (15,741 m); las cuatro líneas forman un cuadrilátero bastante regular cuya superficie es de tres mil cuatrocientos sesenta y cinco pies y seis pulgadas, equivalente a doscientos sesenta y nueve metros y dos milímetros cuadrados ( 269,2 m2); sobre esta superficie está construida la casa, y linda al Mediodía o sea al frente dicha calle de Nebrija, al Saliente o derecha entrando con la casa propia de Doña María Salmón Pérez, por la izquierda que es Poniente con casa de los herederos de Don Rafael Póo, y por el testero que está al Norte con la casa Palacio propia del Excelentísimo Señor Marqués de Morante.”

El heredero de Don Joaquin Gómez de la Cortina y Segundo Marques de Morante, Don Carlos García de Abaurrea falleció en su habitación de la calle de Fuencarral, 82, el 2 de diciembre de 1872, estando casado con la Marquesa de los Arenales, Doña María de las Mercedes Heredia y Zafra y sin descendencia de este matrimonio. Fueron pues sus herederos sus hermanos Eduardo, Joaquín y María Dolores García de Tejada y Abaurrea. No obstante Don Carlos hizo algunos legados a favor de los hijos que tenía su mujer de un matrimonio anterior.

Por lo que nos interesa legó a su hija política la señorita María Montserrat Osorio y Heredia en propiedad y usufructo la casa Palacio que a este Marques correspondió en la ciudad de Alcalá de Henares por herencia del anterior señor Marqués, con todos los efectos, enseres y existencias que se encuentran en la misma, comprendiendo en dicho legado la casita accesoria al Palacio que en el mismo punto le perteneció..

En su virtud correspondió a dicha señorita la mera propiedad de la casa de la calle Nebrija, antes de Horno Quemado, nº 4, poes el usufructo vitalicio, como hemos visto, pertenecía a Doña Bibiana Mariño y Arroyo, y allí siguió residiendo Doña Bibiana hasta su muerte que tuvo lugar el 10 de abril de 1891. momento en que Doña María Montserrat Osorio y Heredia pasa a tener ya la plena propiedad de esta casa..


El 29 de febrero de 1892 Don José Gerónimo Moreno Molina compra dicha finca a la señora Osorio y Heredia asistida por su marido el Marqués de Navamorcuende por dos mil quinientas pesetas (10.000 reales) .

Don José Gerónimo Moreno Molina, falleció el 21 de julio de 1.898, y hechas las operaciones particionales, se adjudicó a su viuda Doña Concepción Azaña Garrido, además de otros bienes y otras cincuenta y ocho fincas más, la casa situada en esta ciudad y su calle de Horno Quemado, hoy Nebrija, señalada con el número 4, cuya descripción es la conocida. La casa se valoró en siete mil pesetas (28.000 reales- buena subida, quizas se hicieron obras de reforma).

Doña Concepción Azaña y Garrido falleció el 2 de abril de 1.903,pasando la propiedad de esta casa a su única hija y heredera Doña Antonia Moreno y Azaña,. Su marido Don Miguel Atilano Casado y Moreno estableció en esta finca la dirección y administración del periódico La Voz del Distrito que promovió en 1914 para apoyar su candidatura a diputado por el Distrito de Alcala.

Entre finales del siglo XIX y principio del siguiente esta casa fue reformada y se efectuaron algunos cambios esenciales, obras que debieron llevarse a cabo  bien en los últimos años de Gerónimo Moreno o ya en la epoca que la gestión la llevaba Miguel Atilano; en todo caso tuvo que ser cuando ya toda la zona pertenecía a un mismo propietario.

La casa de la que venimos hablando se adaptó para alquilarla al menos a dos familias. Se abrió otra puerta en la fachada para entrada al piso principal, quedando la anterior para acceder al piso bajo. El patio perdió casi la mitad al edificarse una nave que pasó a ser almacén para uso de la casa palacio; el resto del patio se dividió en dos pequeños, uno para el piso bajo y el otro para el principal. Se cerró el acceso que antes existía para salir por el callejón a la calle Nebrija, convirtiendo el último tramo de dicho callejón en una habitación, que se añadía como una habitación más a las de la planta baja del número cuatro, aunque físicamente ocupaba una parte del solar de la finca número 2. Parece que los propietarios decidieron sacar provecho de un espacio (el callejón) que ya no les era útil.
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Al fondo ventana dormitorio
Cuando en los años sesenta del siglo pasado conozco esa casa, estaba con la distribución antes detallada. En el piso principal vivía la viuda de Don Angel Almiñana, prestigioso archivero del Archivo General, con sus hijos. La planta baja era la vivienda de mis suegros y concretamente el espacio bajo la finca nº 2, por donde hoy día se pasa al atravesar lo que ahora se llama Callejón del Horno Quemado, era el dormitorio de ellos. Justo ahí estaba, con su ventana debidamente enrejada.



El 2 de julio de 1989 falleció don José Casado Moreno quien había heredado esta casa de su madre Antonia Moreno Azaña. Los siguientes propietarios son los hermanos José, Eduardo y Miguel Casado Martin de la Cámara. Estos ponen en venta esta finca y ofrecen la compra de la planta baja a mis cuñados.

Justo es decir que el Ayuntamiento ha podido abrir de nuevo el callejón del Horno Quemado gracias a los cambios negociados previamente por mis cuñados. Si ellos hubieran comprado la planta tal como se la ofrecían y estaba, es decir, con la habitación dormitorio que fue de mis suegros incrustada en la finca del número 2, no hubiera podido abrirse este pasadizo, al menos con la facilidad que luego se pudo hacer. A mis cuñados no les gustaba esta distribución, querían más patio y ofrecieron ceder la habitación dormitorio a cambio de la parte de patio ocupada por la nave que usaba la casa palacio.
Habitacion rayada se cedió a cambio de patio rayado

Aceptada esta modificación, cuando el 26 de junio de 1896 se formaliza la escritura de compra, la vivienda que se adquiere responde exactamente a las mediciones de 1872, con el patio en toda su extensión y sin que exista ninguna habitación fuera de los limites de la fachada de la finca.

Y así están las cosas ahora, más o menos. De los rumores y leyendas que circularon en relación con esta casa, sobre todo en los años que la habitaron las hermanas Mariño, no ha llegado nada a mis oídos. Así que nada puedo contar.



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(1).-Del artículo que Ramón Gonzalez Navarro publicó en “Puerta de Madrid” del 12 de julio de 2014, bajo el título “La interminable sangría del Patrimonio Histórico Complutense”.


jueves, 25 de agosto de 2016



   
   Un ligero paseo por mis ancestros paternos

Estaba el viernes pasado leyendo el diario del día 27 de mayo, pero de 1812, y no un diario cualquiera sino el oficial del Rei Jose I, es decir, la Gazeta de Madrid, y me topé con el relato de la “heroica” acción llevada a cabo por uno de mis antepasados, mi trastatarabuelo Antonio Vicente Torralbo. Por entonces era el Corregidor de Priego, señal de la buena consideración que de él tenía “Pepe Botella”. Hasta le había nombrado Caballero de la Real Orden de España por Decreto de 12 de marzo de ese mismo año.



No es de extrañar el tono de exaltación con que en la Gazeta se cuenta lo sucedido el día 5 de mayo que en resumen fue lo siguiente:

Llega a oídos de mi cuarto abuelo que por el cerro del Calvario hay "un destacamento considerable de insurgentes”. Sale disfrazado (no se explica cómo) y comprueba que es cierto. Así que  ¿Qué hace? Se encierra en el castillo con toda la tropa. Los “bandidos” se esparcen por la ciudad, cometiendo toda clase de excesos. Cuando le llega información de que la casa del obispo esta siendo robada, esto ya le exaspera, contagia su ardor guerrero a 16 guardias cívicos y sale con ellos de la fortaleza para desalojar a los de la partida. Estos, al enterarse de ello, a pesar de ser más numerosos, huyen despavoridos a las montañas.

Tal descomunal hazaña tiene guasa; más bien los hechos debieron de tener otro cariz más amigable, que no narra la Gazeta.


Me imagino que en el Calvario se encontraron el Corregidor y el jefe de los patriotas, y lo que le dijo sería más o menos de este tenor:
“Bien, como siempre, nosotros nos encerraremos en el castillo, entretanto os dais una vuelta por el pueblo, disfrutáis de estar un rato con vuestras familias y amigos, y cogéis todo lo que necesitéis. Al caer el sol, saldremos toda la tropa con el estruendo habitual, para daros tiempo a que huyáis despavoridos”.

Libres ya de los franceses, a los pocos meses, en octubre, todos juntos y, al grito de “viva la Pepa”, participaron en los grandes festejos que tuvieron lugar en Priego en honor de la Constitución de Cádiz.

Y en los años siguientes Antonio Vicente Torralbo siguió participando en la gestión municipal como si tal cosa, Gran amigo y consuegro  suyo era mi otro cuarto abuelo, el escribano Francisco Ceballos Heredia.  De su matrimonio con  Mº Carmen Morales nació mi tercer abuelo Antonio Ceballos Morales. 
Éste se casó con una hija del famoso Corregidor, Francisca Mª Torralbo de Burgos Ojeda, y de tal pareja nació mi bisabuelo, Antonio Ceballos Torralbo. Este se enamoró de mi bisabuela y se unieron tanto que tuvieron cuatro hijos y éstos fueron considerados naturales durante casi treinta años, pues no fueron legitimados hasta que se casaron, cosa que por fin pudieron hacer el 8 de julio de 1891, un poco antes de la boda de mi abuelo Jose María Carlos Ceballos Hoyos. Parece que a mis tatarabuelos no les gustaba la unión  de mi bisabuelo  con su mujer, María Josfa Hoyos y Tomé. ¡Qué cosas! Quizás la consideraban de un nivel social inferior o inadecuado, por ser hija de un aguardentero y de una forastera (era de Pamplona) con apellidos habituales entre gitanos.
Llama la atención que en un pueblo tan conservador y plagado de iglesias y cofradías, mis bisabuelos se atrevieran a llevar públicamente su relación y pudieran educar a mi abuelo Carlos y a mis tio abuelos Eduardo. Arcadio y Presentación, sin que la condición de hijos naturales les perjudicara socialmente.
Hicieron más caso al amor que a las conveniencias. Ole por ellos.

lunes, 22 de agosto de 2016

José Gerónimo Moreno, un hacendado
dos veces bien casado.

Cuando Atilano Casado en 1903, tras el fallecimiento de su suegra, toma a su cargo la administración de la ingente fortuna de su esposa, aún menor de edad, lo que pasa a sus manos es el capital acumulado por su suegro, José Gerónimo Moreno y Molina.

José Gerónimo Moreno y Molina había nacido en Almagro, pero arraigó en Alcalá, donde, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, pasó, de ser comerciante ferretero, a poseer una de las mayores fortunas de la ciudad. No sólo se preocupó por atesorar riquezas, también supo lograr una posición preeminente en la sociedad alcalaína. Justo es reconocer que todo ello pudo conseguirlo con la ayuda de la institución del matrimonio, pues casó dos veces y en ambos casos para emparentar con familias notables tanto en lo económico como en la vida social.

Primer matrimonio

La primera vez que se casa lo hace con Irene Martínez de Aragón y Fernández Gamboa,. una viuda, ya cuarentona, y nueve años mayor que él, que, si bien tenía tres hijos ya adolescentes, poseía una gran virtud, la de andar bien de bienes y pertenecer a una destacada familia de la ciudad de Vitoria,

Los Martínez de Aragón tuvieron una influencia notable en el desarrollo y defensa de los intereses de Vitoria a lo largo del siglo XIX. Su hermano Bruno fue alcalde, teniente diputado general de Álava y diputado del partido liberal en las Cortes en varias legislativas; él fue quien adquirió, para la familia, la Torre de los Mendoza (1) en 1856.
Su otro hermano Domingo, también fue diputado general de Álava y firme defensor de los derechos forales (2).

El hijo de éste, Gabriel Martínez de Aragón y Urbiztondo pasó de monárquico liberal al partido conservador, se opuso a la Dictadura de Primo de Rivera y, a la llegada de la Republica, se afilió al partido de Azaña; fue Consejero de Estado y Fiscal General de la República.

Gabriel Martinez Aragón 

De los siete hijos que tuvo con Ernestina Carrión, hay que destacar a Ramón que padeció las consecuencias de enfrentarse abiertamente con el dictador Primo de Rivera; al aviador José a quien se debe la construcción del aeropuerto de Vitoria; Jesús, quien participó activamente en la guerra al frente de la Brigada Martínez de Aragón y falleció en abril de 1937 en el cerro de las Garabitas, durante la defensa de Madrid;, Alberto, jardinero mayor de Vitoria, asesinado en el centro de la ciudad en 1936; y por último la única hija, Ernestina, colaboradora de Prieto en el exilio. (3)

Aún hoy en Vitoria se mantiene viva la memoria de los Martínez de Aragón. Cada año, desde 1963, la Diputación Foral organiza, el 12 de agosto. en la ermita románica de San Vicentejo que la familia tiene en el Condado de Treviño, una misa por los miembros de dicha familia fallecidos y represaliados. Fue el compromiso que la Diputación asumió a cambio de que los Martínez de Aragón cedieran el uso de la Torre de los Mendoza para un Museo (4).
Después de casi cincuenta años se cerró el mismo por dificultades de accesibilidad y laTorre de los Mendoza volvió a manos de sus propietarios. Pero la misa anual se sigue celebrando (5)
Ermita de la Concepción-San Vicentejo

Además de sus vínculos familiares no se puede pasar por alto que la primera mujer de Gerónimo Moreno, nuestra Irene, reunía tambien el mérito, económico y social, de haber sido la esposa de Jose Maria Zabala y Garaizabal. Se casaron en 1851, ella a la edad de 30 años, y él con los 56 cumplidos, 25 más que ella.

Eran varios los Zabala que por entonces vivían en Alcalá, donde llevaban bastante tiempo y destacaban por su poderío económico. Su hermano Mateo ocupaba el séptimo lugar en la lista de los mayores contribuyentes del año 1850., lo que no está nada mal. También tuvo una actuación destacada en la puesta en marcha de la Sociedad de Condueños. creada en 1950 para la conservación de los edificios que fueron Universidad, en la que invirtió 2.000 reales para la adquisición de 20 láminas o participaciones.(6). Y Francisca Zabala, que tampoco debía estar escasa de dineros, suscribió también láminas de esta Sociedad. Invirtió 1.500 reales, por lo que le correspondieron 15 títulos (7)

El matrimonio Zabala-Martínez de Aragón tuvo tres hijos, todos nacidos en Alcalá de Henares: Jose María, en 1853; Clara, en 1855; y Félix, en 1857. Cuando fallece el marido en el año 1861, los niños son muy pequeños todavía. Para entonces tampoco vivía ya su cuñado Mateo. No es de extrañar que a Irene le conviniera la experiencia mercantil y el consuelo del joven ferretero.

Gerónimo e Irene se casaron en 1864. Si bien no tuvieron hijos comunes, el comportamiento de Gerónimo con los tres de ella debió ser del agrado de la madre, puesto que en su testamento dispuso que su marido fuera albacea y curador de sus hijos. Irene murió en esta ciudad el 7 de junio de 1876. Sus hijos habían quedado con los riñones bien cubiertos, gracias a las herencias de su padre, de su tio Mateo y de ella misma. José María y Félix obtuvieron su licenciatura de Derecho en la Universidad Central. Y Clara se casó el 9 de junio de 1878 con su primo Gabriel de Echanove y Martínez de Aragón.

Durante los 12 años que duró este matrimonio Gerónimo movió bien los dineros propios y los de su mujer. Su actividad comercial se amplió con la de prestamista y la inversión en fincas agrícolas y urbanas. Entre éstas. la casa de la calle de Libreros, vulgo Colegio de los Verdes, esquina a calle Ancha y callejón de Beatas. Entre aquellas. hay que destacar la compra de la Esgaravita. El lector que haya llegado hasta aquí me perdonará una disgresión en este punto.

La compra de la finca de La Esgaravita es la mayor inversión que hace desde su boda con Irene y en ella demuestra su habitual habilidad para aprovechar las ocasiones y sacar el mejor provecho pues la consigue a mitad del precio inicial. En junio de 1868 había muerto su anterior propietario, el Marqués de Morante, Joaquín Gómez de la Cortina, dejándola en usufructo a tres amigos. pero con una finalidad determinada, que los rendimientos se distribuyeran a los pobres de la zona de Bedoya, Salarzón y Cosgaya, lugares de la Liébana en Cantabria, de donde procedían sus antepasados.

Pero como “la finca es de dificil manejo y más ahora con el Canal del Henares” les autorizaba a venderla y que se atendiera al fin propuesto con los réditos del capital. Los amigos legatarios, aunque podían venderla sin ningún trámite, decidieron sacarla a pública subasta en busca del mejor precio. El arquitecto valoró la finca en 126.854 escudos o 1.268.540 reales (317.125 pesetas) y a ese precio salió a subasta, sin que en ninguna de las dos celebradas hubiera comprador.

Y entonces aparece nuestro Gerónimo Moreno y logra que le vendan la finca por casi la mitad, por 64.000 escudos, es decir, 640.000 reales. En el momento de la firma el 21 de junio de 1869, entregó 240.000 reales y los 400.000 restantes se pagaron en un plazo de cuatro años con el 6% de interés, quedando entre tanto hipotecada la finca. Los pobres de Bedoya se han estado beneficiando de este dinero,hasta época no muy lejana, a través de la Obra Pia que se constituyó con estos fondos,; dinero procedente de los bienes propios de la mujer, como lo prueba que, al fallecer Irene, las tres cuartas partes de la Esgaravita pasaron a manos de sus tres hijos.

Segunda Boda

No le debía gustar la soledad a nuestro hacendado. Ya metido en los cincuenta años decide volver a casarse, en este caso para entrar a formar parte de una saga familiar bien vista en Alcalá, los Azaña.

Apenas iniciado el año 1880 contrae matrimonio con Concepción Azaña Garrido, hija de Quintin Azaña y nieta de Esteban, escribano y secretario municipal al principio del siglo XIX. Para ayudar a situarla entre todos los Azaña, diremos que era prima hermana de Esteban Azaña Catarineu, el padre de Manuel Azaña. Había nacido en Cañete, provincia de Cuenca, mientras su padre ejercía allí de promotor fiscal (9), por lo que en la fecha de la boda Concepción arrastraba ya sus maduros treinta y cinco años de soltería.

Poco tiempo después de la boda compra la casa.palacio, que en la Plazuela de Santiago había sido mansión de los Marqueses de Morante. En esta operación demostró una vez más su habilidad para comprar en el momento más oportuno y al mejor precio. En aquellos días este palacio era propiedad de Abelardo de Castro, editor propietario de La Ilustración Americana y Española, entre otras publicaciones; cuatro años antes había pagado por ella 60,500 pesetas, pero esta casa recreo dejó de interesarle al fallecer su esposa y la puso a la venta. El 22 de enero de 1881 Gerónimo Moreno se la compra por 41.250 pesetas (Don Abelardo perdió casi 20.000 pesetas).


El matrimonio Moreno Azaña deja su vivienda de la Calle Mayor, número 2, y fija su residencia en esta mansión. Durante muchos años este palacio ha sido conocido en Alcalá como la Casa Moreno. Allí nació en 1883 su hija Antonia (10), único descendiente que les sobrevivió, pues otros hijos que tuvieron murieron muy pequeños.

Entre las inversiones de José Gerónimo Moreno por aquellos años, hay dos que merecen señalarse, la primera en la Sociedad Constructora del Salón Cervantes, y la segunda en la edificación del Circulo de Contribuyentes.

Fue uno de los catorce alcalaínos que, el 25 de agosto de 1888 y mediante la aportación de mil ciento catorce pesetas con sesenta céntimos cada uno (1.114,60), formalizaron la escritura de compra del solar segregado del antiguo Convento de Capuchinos destinado a construir el teatro Salón Cevantes.
Circulo de Contribuyentes

El día 24 de agosto de 1893 la Sociedad de Condueños de los Edificios que fueron Universidad celebró, con un vino de honor, la terminación del edificio que había construido para uso del Circulo de Contribuyentes. Esta obra fue posible gracias a la financiación del señor Moreno Molina. Dió un préstamo a la Sociedad de Condueños de 40.000 pesetas a devolver en la forma pactada más intereses; en garantía se hipotecaron las siguientes casas de la Plaza de Cervantes, la nº 9 esquina a calle Bedel, la nº 11 ,la del Circulo y la nº 13 ,donde luego se construiría el Horel Cervantes (precisamente las tres que aparecen en la foto).

José Gerónimo Moreno y Molina falleció en nuestra ciudad el 21 de julio de 1898. Al adjudicar su herencia se evaluaron todos sus bienes y derechos en un millón ciento dieciocho mil seiscientas dos pesetas con veinticinco céntimos (1.118.602,25 ptas.).En ese momento la deuda pendiente de la Sociedad de Condueños era de 40,032 pesetas

Su esposa Doña Concepción Azaña y Garrido murió el 2 de abril de 1902 en el nº 1 de la Travesia de San Mateo de Madrid, donde residía accidentalmente. La hija de ambos. Antonia, pasó a ser la poseedora de toda la fortuna (en ese momento la deuda de la Sociedad de Conduelos ya es sólo de 17.792 pesetas). El 16 de septiembre de 1903 se protocoliza la testamentaría de su madre, en cuyo acto, dado que ella tiene 20 años y aún es menor de edad, le asiste para completar su capacidad su esposo Miguel Atilano Casado y Moreno, de 26 años de edad. Y ya desde entonces será el esposo de la heredera, Miguel Atilano, quien maneje todo.
De este último han quedado recuerdos en la ciudad, De Gerónimo Moreno  nunca más se supo. 


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(1).-La torre de Mendoza es un torreón fortificado cercano a Vitoria. Fue construido por Iñigo López de Mendoza en el siglo XIII y la propiedad fue mantenida por los Duques del Infantado hasta 1856, en que se lo vendieron a Bruno Martínez de Aragón y Fernández Gamboa

(2).- Su mujer, con la que se casó en noviembre de 1854, fue Pilar de Urbiztondo y Eguía. Era hija del general Urbiztondo, quien murió el 25 de abril de 1857 en un incidente de palacio. El rey consorte Francisco de Asís, acompañado por su ayudante el general Urbiztondo, pretendió entrar en las habitaciones de su esposa, Isabel II, pero en la antecámara el General Narváez y su ayudante Joaquín Osorio, marqués de los Arenales, se lo impidieron. Salieron a relucir los sables y cayeron muertos el general y el marqués.
(Me ha resultado curioso que la muerte de ambos afectara a personas que tuvieron cierta relación con Alcalá. La hija del general era cuñada de Irene Martinez de Aragón, entonces residente en nuestra ciudad Y la mujer de Joaquín Pérez Osorio se casó de segundas nupcias con el segundo Marqués de Morante en cuya casa-palacio de Alcalá pasó algunas temporadas).

(3).- Con el titulo de “Martinez de Aragón. Una familia para una ciudad” Untzizu Iratxe Etayo Rivas tiene realizada una tesina en la que hace un estudio completo de esta familia. Un resúmen se publicó en Euskonews 617 de 16/23 de marzo de 2012, de donde procede parte de la información que he dado. No he conseguido saber si está publicada, Sería interesante poder leerla.

(4).- Puede verse “Agirre reinindica la memoria histórica de los Martinez de Aragón” en El Correo.com de 13 de agosto de 2007.

(5).- De Araba,eus. Agenda dia 12 de agosto de 2016
San Vicentejo: Misa en recuerdo de los fallecidos de la familia Martinez de Aragón.
12 horas en San Vicentejo, Ermita de la Concepción.
Asistente: Igone Martinez de Luna, Diputada Foral de Euskera, Cultura y Deportes

(6).-Las láminas que le correspondieron eran las numeradas del 127 al 146 inclusive. Tras su muerte las heredaron sus sobrinos, los hijos de su hermano José María y de Irene, quienes en 1862 hicieron constar sus derechos, adjudicándose las láminas del 127 al 133 a Jose María, las del 134 al 139 a Félix y las del 140 al 146 a Clara de Zabalza. Desde entonces no ha habido cambios en los libros de la Sociedad. Sus herederos tienen ahí unos títulos que podría interesarles reclamar, no por su valor crematístico que no lo tienen, sino por razones más sentimentales. Eso corresponde decidir a los Echanove Orbea, Lorente, Nardiz o Zabala, o cualquier otro de sus sucesores vivos.

(7).- Le adjudicaron las láminas numeradas del 202 al 216. En 1889 su heredera Josefa Urrutia y Zabala hizo inscribir a su nombre estos tiíulos en los libros de la Sociedad. Quizás pueda apetecer a los herederos de Santiago Pierrard y Urrutia o a los Muguiro Pierrard hacer valer sus derechos y mantener el recuerdo de sus antepasados.

(8).- Los periodistas de entonces aventuraron , al poco de morir el Marqués, que había dejado la finca para los pobres de Alcalá. Craso error, los de aquí mi lo olieron.

(9),. Fue de los últimos estudiantes en licenciarse en Derecho por la Universidad de Alcalá, en 1832. En su época de estudiante fue uno de los participantes en los tumultos de San Felipe Neri. Su vida profesional  como fiscal y juez la desarrolló en diversos lugares hasta 1872 en que falleció.

(10).- Recibió el nombre de Antonia por ser el nombre de la hermana de su madre. Por el gran afecto que la tenía, en su testamento la dejó dos casas y buenas, la de la calle Libreros, nº 35 que da vuelta a la calle Nebrija en la que tiene puerta de salida por el jardín, y la casa contígua por la espalda a la anterior, que es la número 2 de la calle Nebrija, en plena propiedad pudiendo disponer libremente, pero si a su fallecimiento no hubiera dispuesto por acto inter vivos, recaería en el hijo de aquella y sobrino de la testadora Don Angel Arancón y Azaña con la condición expresa de no poder enajenarlas ni gravarlas hasta cumplir los 30 años, recayendo si falleciera antes en su padre Don Ángel Arancón y Fernández mientras viva, más si llegare a ocurrir todo el orden de transmisiones, al fallecimiento de Don Ángel Arancón Fernández, volverían las casas legadas a su hija, es decir, a Antonia Moreno Azaña.






sábado, 6 de julio de 2013

"La Cruz de las Mujeres", un romance de Heliodoro Ceballos Velasco

El pasado día 3, de acuerdo con el santoral católico, “fue mi santo”. Así se decía antes. El santo al que mis padres me ataron por vida, San Heliodoro, es de los más antiguos; anacoreta, estudioso, caritativo, claro está, y ,cómo no, obispo. En fin un modelo de los que entonces se llevaban.

Era también el santo de mi padre, Heliodoro Ceballos Velasco
El poeta, en
 su juventud
Estaba yo releyendo, en su recuerdo, algunos de sus poemas, cuando me he encontrado con la sorpresa de ver publicado en el quincenario Adarve (1) de Priego de Córdoba, la ciudad en que él nació, el romance titulado “La Cruz de las Mujeres”.

Con motivo de esta fecha significativa pensaba publicar otros versos, pero prefiero hoy dar a conocer aquí “la cruz de las mujeres” por ser uno de los últimos poemas que compuso.

El romance se basa en el trágico suceso , ocurrido en Priego de Córdoba, en el que dos mujeres mutuamente se dieron muerte, por amor a un mismo joven, y en cuyo recuerdo aún subsiste una sencilla cruz en el lugar en que, según la tradición, ocurrió el luctuoso hecho. 
Fue escrito en 1945 , para atender la petición de Juan Soca de que le enviara algunos versos, que serían incluidos en una antología (2) de poetas inéditos, que estaba preparando la editorial Gráficas Flora , y cuya coordinación él llevaba.



El romance tal como se publicó en el libro decía así:

La Cruz de las Mujeres

Entre verdes olivares
y en monte cercano a Priego
con su trágica leyenda
se yergue una cruz de yeso.
Manos piadosas encienden
diariamente el recuerdo
de dos tiernos corazones
que de amores se prendieron
en las redes del hechizo
de un mocito pinturero.
¡Es la cruz de las mujeres!
Historia de amor y celos.
Sendas navajas que, ansiosas,
en carne moza se hundieron
...
Era Rosa una morena
rival del sol y del fuego,
y era Consuelo una rubia
con ojos color de cielo,
tan blanca como un suspiro,
tan limpia como un lucero.
¡Y la rubia y la morena
eran orgullo de Priego!
Como alegres mariposas,
sus corazones ingenuos
por un apuesto galán
al unísono latieron
y en la pira del Amor
sus almas se derritieron.
Era el galán un buen mozo,
alegre y dicharachero.
Veinte abriles en sus ojos
y anillos mil en el pelo.
Simpaticón y gallardo
y, cual don Juan, mujeriego.
...
Entre verdes olivares
y en monte cercano a Priego,
retozón y cantarino,
corre alegre un arroyuelo,
que a las mujeres servía
de círculo y lavadero.
Quiso el Destino, señor
de lo malo y de lo bueno
que en aquella tarde azul
del azulado febrero
dejasen solas lavando
a la Rosa y la Consuelo.
Mientras lavaban calladas
¿que fatales pensamientos
cruzaban, huracanados,
por aquellos dos cerebros?
¡Pobres niñas caminantes
por amor hacia el infierno!
Indiferente, la tarde
lanzaba su adiós postrero,
y la noche, cautamente,
iba extendiendo sus velos.
En silencio, las muchachas
sus lindos cuerpos irguieron
y en sus ojos ¡tan hermosos!
brotaron odios y anhelos.
En sus diestras, bravamente,
las navajas relucieron..
y las linfas cristalinas
del cantarino arroyuelo
en sus encajes de plata
llevaron, como un trofeo,
la sangre tibia y ardiente
de dos que mueren de celos
...
Caminante, enamorado
de lo trágico y lo bello,
si vas por la carretera
que de Cabra llega a Priego,
no soslaye tu mirada
esa humilde cruz de yeso.
¡Que es la Cruz de las Mujeres!
Historia de amor y celos.
Dos navajas que brillaron
y en sangre moza se hundieron.
Heliodoro Ceballos Velasco
Alcalá de Henares 1945
........

Pero el texto original manuscrito, encontrado entre los papeles de mi padre, no coincide plenamente con el publicado. Puede ser interesante comparar ambos textos y enjuiciar el mayor o menor acierto en las correcciones o supresiones que llevó a cabo antes de la publicación. A continuación reproduzco el original, utilizando letras cursivas en aquellos versos que sufrieron variación, para facilitar el cotejo:



      Entre verdes olivares,
      y en monte cercano a Priego
      con su trágica leyenda
      existe una cruz de yeso
      Manos piadosas encienden
      diariamente el recuerdo
      de dos tiernos corazones
      que de amores se prendieron
      en el hechizo gitano
      de un mocito pinturero.
      ¡Es la Cruz de las Mujeres!
      ¡Historia de amor y celos!
      Dos navajas que brillaron
      y en carne moza se hundieron.

       Era Rosa una morena
       envidia del sol y el fuego,
       mar encrespado y oscuro
       era su mata de pelo
       que orgullosa, acariciaba
       su espalda de terciopelo;
       y sus ojos soñadores
       con endiablados reflejos
       como puñales de amor
       se clavaban en el pecho.

       Y era Consuelo una rubia
       con ojos color de cielo,
       tan blanca como un suspiro,
       tan limpia como un lucero.
       ¡Espumita de los ríos
       que en su alegre burbujeo
       llenaba los corazones
      de embriagadores deseos!

       Eran vecinas y amigas
       y nunca roce tuvieron.
       La rubita y la morena
       eran orgullo de Priego.
       pero el Destino, Señor
       de lo malo y de lo bueno,
       trocó la amistad sincera
       en intranquilos recelos.
       Fue la causa un mozalbete
       alegre y dicharachero,
       veinte abriles en sus ojos
       y anillos mil en el pelo.
       Simpático, enamorado,
       algo flamenco y parlero.
       Valiente como un Don Juan
       y cual don Juan mujeriego.

       Como tiernas mariposas
        sus corazones ingenuos
        por el apuesto galán
        al unísono latieron
        y en la pira del querer
        sus almas se derritieron.
      ¿A cuál él preferiría?
      ¿Cuál lograría su anhelo?
      ¿Tal vez Rosa la morena?
      ¿Tal vez la rubia Consuelo?
        Enigmáticas respuestas
        que en su peligroso juego
        el mocito iba dejando
        que las resolviera el tiempo,
        y orgulloso de su suerte
        con maña y refinamiento
        cada hora, cada día,
        iba, cobarde, tejiendo.

Entre verdes olivares
y en monte cercano a Priego,
retozón y cantarino,
corre alegre un arroyuelo,
que a las mujeres servía
de círculo y lavadero.
Quiso la suerte que rige
todo lo malo y lo bueno
que en aquella tarde azul
del azulado febrero
dejasen solas lavando
a la Rosa y la Consuelo.
Mientras lavaban calladas
¿qué fatales pensamientos
cruzaban, huracanados,
por aquellos dos cerebros?
¡Pobres niñas caminantes
por amor hacia el infierno!
Indiferente, la tarde
lanzaba su adiós postrero,
y la noche, cautamente,
iba extendiendo sus velos.
En silencio, las muchachas
sus lindos cuerpos irguieron
y en sus ojos ¡tan hermosos!
rayos de odio nacieron.
En sus diestras, bravamente,
las navajas relucieron..
y las linfas cristalinas
del cantarino arroyuelo
en sus encajes de plata
llevaron, como un trofeo,
la sangre tibia y ardiente
de dos que mueren de celos
...
Caminante, enamorado
de lo trágico y lo bello,
si vas por la carretera
que de Cabra llega a Priego,
no soslaye tu mirada
esa humilde cruz de yeso.
¡Que es la Cruz de las Mujeres!
Historia de amor y celos.
Dos navajas que brillaron
y en sangre moza se hundieron.


(1).- “Un romance y un relato sobre un mismo hecho. La cruz de las mujeres” , por Enrique Alcalá Ortiz, en “Adarve” Quincenario independiente. Priego de Córdoba. 1 de julio de 2013



(2).- “Más de 100 poetas inéditos. (Antología Española)”. 1946. Gráficas Flora. Cabra (Córdoba), Página 48 y ss.